El extenista español Rafa Nadal ha compartido reflexiones profundas sobre el final de su carrera, asegurando que agotó absolutamente todas las «opciones» que tenía de seguir compitiendo al más alto nivel. Este esfuerzo final le brindó la convicción y la «tranquilidad de terminar en paz» y convencido de su decisión. Según explicó en ‘Universo Valdano’, se retiró porque «el cuerpo no me daba para más», y no por falta de motivación o cansancio.
Nadal confesó que no guarda «ningún tipo de mal recuerdo» sobre su adiós, aunque reconoce que hubo quien pensó que debió retirarse antes. Para él, tenía sentido apurar hasta el límite real, especialmente tras una operación donde le informaron de opciones de recuperación. Llevó su carrera «al límite, lo más lejos que la podía llevar» dadas sus circunstancias físicas. Tras la retirada, ha ganado «tranquilidad» al liberarse de la responsabilidad diaria de tener que rendir, un peso que, a veces, le impedía ser «todo lo feliz que debería ser».
El campeón de 22 Grand Slams también dedicó tiempo a analizar su legendaria rivalidad con Federer y Djokovic, destacando el respeto y la admiración que siempre prevalecieron. «La rivalidad se ha quedado en la pista y las relaciones personales siempre han sido de respeto, admiración y hasta una cierta amistad». En este sentido, considera que el ‘Big 3’ ha dejado un legado importante: demostrar a las nuevas generaciones, como Alcaraz y Sinner, que se puede ser un «competidor feroz sin necesidad de odiar al rival».
Finalmente, el balear abordó otros temas, como su admiración por el Real Madrid y la posibilidad de presidir el club, un reto que considera «lejano y difícil» pero emocionante. Además, ofreció un consejo a jóvenes promesas como Lamine Yamal: que se rodee de gente que le ayude y sea lo «suficientemente inteligente para escuchar las cosas que a veces los personajes de éxito no queremos escuchar», buscando siempre el equilibrio para ser una persona feliz.
