Tras la acusación presentada por el Ministerio Público, fue condenado Luis Alfonso Avendaño (49) a cumplir 24 años y ocho meses de prisión; luego de que admitió su responsabilidad en la comisión de violencia sexual, trabajo forzoso y otros delitos en perjuicio de su hija, de 13 años de edad.
Todo ello de acuerdo con lo que se lee en la Página Web del Ministerio Público venezolano.
Tal hecho sucedió el 9 de mayo del presente año en el sector Aguas Calientes, perteneciente a la parroquia Tabay del municipio “Santos Marquina”, ubicado en el Estado Mérida.
Ese día, funcionarios adscritos al Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente (Cpnna) en esa entidad andina recibieron la denuncia por parte de la directora de un colegio sobre una estudiante que era objeto de violencia sexual y otros delitos por parte de su padre biológico.
Tal reporte, permitió el inicio de una investigación en contra de Avendaño.
Ante las autoridades, la adolescente declaró que su progenitor la forzó a mantener relaciones sexuales desde que ella tenía nueve años de edad; lo que le ocasionaba sangrado genital y otras lesiones.
A su vez, detalló que Avendaño no le permitía privacidad en el baño; y que también aprovechaba esas ocasiones para tocarla.
Además, la amedrentaba con una correa de cuero.
De igual modo, la adolescente contó que su padre la mantenía bajo amenaza constante de muerte para que no contase nada de lo que ocurría.
Como parte de esa dinámica, Avendaño la obligó a cocinarle y hacerse cargo de los demás quehaceres del hogar; así como a trabajar en la finca donde residían.
La investigación conllevó a la realización de exámenes corporales y sicológicos a la víctima; que concluyeron que fue blanco de violencia sexual.
Además, datos aportados por un pariente de la joven confirmaron el comportamiento agresivo del padre hacia su hija.
En consecuencia, Avendaño resultó aprehendido y puesto a disposición del Ministerio Público.
En la audiencia preliminar, la Fiscalía 14ª de Mérida, ratificó la acusación contra Avendaño por la comisión de violencia sexual continuada; violencia sicológica y violencia física; además de amenaza y trabajo forzoso.
Luego de escuchada la admisión de hechos por parte del acusado, el Tribunal 3° de Control en esa jurisdicción dictó la mencionada condena y ordenó su reclusión en el Centro Penitenciario de la Región Andina, en Mérida (RG).
