Coral Gables, Florida (VIP-WIRE).
“El internet no es nada peligroso. Los peligrosos somos nosotros”… Bill Gates.
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Es horrible, lamentable, odioso, lo que cuentan haber sufrido tres jóvenes peloteros cubanos, en manos de los traficantes con humanos o coyotes.
Con promesas multimillonarias de Grandes Ligas, los sacan de Cuba en pequeñas y peligrosas lanchas, rumbo a Haití. El viaje puede durar una noche o varios días, depende cómo se mueven las olas. Se han registrado varios naufragios.
Los tres muchachos pidieron mantener en secreto sus nombres, porque están en Estados Unidos indocumentados. Uno de ellos contó:
“De Haití, nos llevaron a mi esposa y a mí a Dominicana, en un incómodo autobús, sobrecargado de peloteros. Nos alojaron a todos en una sola casa. Incluso, mi esposa y yo teníamos que tratar de dormir en una habitación con dos parejas más”.
Había unos 200 en los campos. Y los obligaban a entrenar más de 12 horas diarias, por lo que quien costaba esta historia, que era pítcher, se lesionó del hombro.
“Me decían que en Grandes Ligas se entrena así, pero me enteré después que es mentira, porque más bien cuidan mucho la salud de los jugadores, dándoles descanso.
“Bueno, en cuanto me lesioné nos dejaron sin casa ni comida a mi esposa y a mí, como les habían hecho a estos dos compañeros”.
No había médicos para las lesiones, ni seguro de ningún tipo. La alimentación era muy mala. Y compran a funcionarios dominicanos para evitar sanciones.
Dijeron que, como ellos, hay docenas de cubanitos abandonados en muchos sitios, después de haber soñado con los millones de dólares de las Grandes Ligas.
Ahora, también hay quienes salen de Cuba con lujos, como el caso de Orlando Hernández, aún cuando él llegó a los Yankees, en 1998, mintiendo acerca de que había llegado a bordo de una balsa y en lucha constante con los tiburones.
Se supo que eso era mentira, cuando apareció el dueño de un yate, que le cobraba los tres mil dólares acordados por transportarlo La Habana-Miami, con camarote de aire acondicionado y comida exquisita. Eso fue un escándalo.
Orlando es mentiroso a todo tiempo. También se quitó cuatro años de edad al llegar a Estados Unidos, lo que se comprobó a través de sus documentos cubanos de identidad.
Entre los coyotes que delinquen por México, Texas y California y éstos de Cuba-Haití-Dominicana, la única diferencia es que éstos trafican con peloteros. Pero tan delincuentes son los unos como los otros.
Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.
ATENCIÓN. Lee el archivo reciente de “Juan Vené en la Pelota” en internet, por “el deporte vuelve a unirnos”.
@juanvene5