Coral Gables, Florida (VIP-WIRE).
Se aclara, como servicio público, que Juana de Arco no era arquera de fútbol.
-o-o-o-o-
Récords imbatibles, pero poco mencionados.
A menudo leo u oigo, acerca de las 511 victorias de Cy Young, y señalan, de paso, que es el único en el Hall de la Fama con 300 juegos perdidos (315). Hablan de los 56 juegos consecutivos conectando incogibles por Joe DiMaggio, los dos juegos consecutivos sin hits de Johnny Vander Meer, el no-hit de Don Larsen en Serie Mundial…
Pero nadie, o pocos citan, que recibir 120 bases por bolas intencionales en una temporada, como Barry Bonds en 2004, también es un número inalcanzable. Los mejores bateadores, reciben generalmente sólo unas 100 bases de regalo, pero sumadas las intencionales y las no intencionales.
Igualmente han sido olvidadas las 59 victorias de Charles (Old Hoss) Radbourn, en una temporada, la de 1884. Mientras hace 54 años que Denny McLain fue el último ganador 30 juegos. Además, todavía es un escándalo de mucha vida que Julio Urías ganara 20 el año pasado, porque muy pocos llegan a tal cifra.
Y ahora, una pregunta ingenua, ¿habrá alguien que en estos días conecte más de 12 jonrones dentro del campo en una temporada?. Esa es la marca, impuesta hace 121 años, en 1901, por Sam Crawford.
Lo cierto es que ahora vivimos campañas completas sin un jonrón dentro del parque siquiera.
El jonrón dentro del campo es el batazo más difícil de lograr, porque se necesita una combinación muy precisa. Primeramente hay que encontrar tres corredores en las bases, después, batear con poder, tener buena suerte y mover las piernas con rapidez.
Tan extraño son estos cuadrangulares, que en 152 años de Grandes Ligas, solamente una vez se ha conectado con tres en bases para dejar en el terreno.
Ocurrió en 25 de julio de 1956, cuando el boricua, Roberto Clemente, apareció al bate, en el cierre del noveno inning, en el Forbes Field de los Piratas, con los Cachorros de visitantes, que ganaban 8-5.
Por supuesto que había tres corredores en las bases, cuando Clemente sonó linietazo por encima de la cabeza del centerfielder, Solly Drake. El coach de tercera le hizo señas para que Roberto no siguiera a home, pero él no hizo caso, y llegó en slide, fracciones de segundo antes que el tiro en relevo, del shortstop, Ernie Banks, y en medio del escándalo por la ovación y los vítores de 31,267 fanáticos que llenaban el parque.
Y hay más récords olvidados.
Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.
ATENCIÓN. Por Google, el archivo de “Juan Vené en la Pelota”, en “el deporte vuelve a unirnos”.
@juanvene5