Este invierno presenta el que podría ser el caso más debatido que hemos visto en años con un agente libre.
Estamos hablando del venezolano Luis Arráez, quien es considerado “el mejor bateador de contacto en la actualidad” o “un jugador por debajo del promedio”, con muy poco término medio. Podrías pensar que es una superestrella. O podrías pensar que no vale un puesto en el roster. Es sorprendentemente fácil argumentar cualquiera de las dos posturas.
Sin embargo, la verdad, como siempre, está en algún punto intermedio. ¿Pero dónde, exactamente? ¿Cuántos equipos podrían estar interesados en este, digamos, muy particular conjunto de habilidades, y en cuáles equipos podrían encajar Arráez? Ahora que llega a la agencia libre por primera vez, finalmente podremos ver cómo valoran los 30 equipos a este tipo de jugador.
Arráez, quien cumplirá 29 años en abril, acaba de establecer mínimos de su carrera en promedio de bateo (.292) y OPS+ (99, apenas por debajo del promedio de la liga). Sin embargo, al mismo tiempo, lo hizo mientras registraba una tasa de ponches de apenas el 3.5%, que es simplemente la más baja que alguien haya tenido en una temporada completa desde el 2.6% de Tony Gwynn en 1995. Es un número aún más impresionante dado el contexto del aumento de los ponches en el juego de hoy, por lo que si se retrocediera hasta a 1947, cuando se rompió la barrera racial, y se observara la tasa de ponches de cada jugador en comparación con el promedio de la liga de esa temporada, es la segunda mejor marca de cualquier jugador calificado, apenas detrás de la de Nellie Fox en 1958, cuando se ponchó 11 veces en 698 visitas al plato. (Sobra decir que era un deporte completamente diferente.)
Ocurre casi lo mismo si se observan los números de por vida, y es aquí donde realmente surgirán las comparaciones con Gwynn. (Y no solo porque Arráez jugó para el equipo del “Sr. Padre” en el 2025.) De nuevo, al comparar con el promedio de la época, por razones contextuales, hay algunas cosas en común. Mirando de nuevo desde el inicio de la era de la integración en 1947…
Tasa de ponches: Arráez (cuarto) y Gwynn (quinto) tienen dos de las cinco tasas de ponches de carrera más bajas, ajustadas por era. Son casi idénticas entre sí. Cuando escuchas que se usa a Gwynn como un comparable de Arráez tan a menudo, esta es la razón.
Promedio de bateo: Arráez y Gwynn están empatados en los mejores promedios de bateo de la historia, en comparación con sus eras, por delante de Ted Williams, el panameño Rod Carew, Wade Boggs y Stan Musial. Obviamente, esos son nombres increíbles. Si todavía priorizas el promedio como la estadística de bateo más importante, esto es a lo que estás apuntando.
Si quieres decir que Arráez es uno de los más grandes bateadores de contacto en la historia del deporte, los datos te respaldarían.
Si crees que es aún más impresionante que eso dado el aumento del movimiento y la velocidad de los pitcheos, y los distintos ángulos de brazo, tampoco sería tan difícil argumentar ese caso. Arráez, por ejemplo, vio a 269 lanzadores diferentes este año, mientras que Gwynn vio a 138 en 1987, su mejor temporada, y Williams solo a 74 en 1941. La habilidad de Arráez para batear para promedio es una destreza verdaderamente élite y diferenciadora, una que casi nadie tiene. Podría ser (y es) un “jugador de una sola herramienta”, pero claro que es fácilmente la más importante de las cinco herramientas.
Pero también: Hay mucho más en batear que “solo hacer contacto”, como exploramos con la racha de los Azulejos, que pasaron de una ofensiva de mucho contacto, pero que anotó pocas carreras en el 2024, a una ofensiva de mucho contacto Y de alta producción en el 2025, porque lograron agregar velocidad de swing y poder sin sacrificar las habilidades de hacer contacto. El equipo que casi se ponchó tan poco como Toronto, los Reales, también terminó 26to en carreras anotadas.
Hay otras partes del juego que importan, y es aquí donde las comparaciones con Gwynn comienzan a desmoronarse.
Gwynn, aunque tenía 28 años, había robado 181 bases, o 150 más que Arráez. Ya había ganado los dos primeros de sus cinco Guantes de Oro, mientras que Arráez es calificado rutinariamente como uno de los defensores más débiles en el juego. En sus respectivas temporadas de 27 y 28 años, Gwynn estuvo 20% por encima del promedio en bases por bolas, mientras que Arráez estuvo 50% por debajo del promedio; Gwynn tuvo un slugging 16% mejor que el promedio, mientras que el de Arráez está por debajo de la media. El resultado final es que en esos dos años, Gwynn tuvo un WAR de 10.5, que es nivel de All-Star, mientras que Arráez ha tenido un WAR de 2.0, que está por debajo del promedio.
Todo esto demuestra que los equipos mirarán el paquete total, y no solo “¿haces contacto?”, porque estamos hablando de jugadores de béisbol, no de “evitadores de ponches”. Otra forma de decirlo es que durante las últimas dos campañas, el wRC+ de 107 y el WAR de 2.0 de Arráez lo hacen comparable a estos jugadores:
Nolan Schanuel: wRC+ de 107, WAR de 2.1
Lars Nootbaar, wRC+ de 103, WAR de 2.5
JJ Bleday, wRC+ de 110, WAR de 3.1
Son jugadores útiles, sin duda, pero no necesariamente peloteros que los equipos de primera línea van a buscar y a los que les darán contratos a largo plazo. (De hecho, Bleday acaba de ser designado para asignación por los Atléticos.) Después de todo, si los clubes pusieran un alto valor en ganar títulos de bateo, como lo hizo Arráez tres años seguidos, probablemente no estaría en camino a su cuarto conjunto en cinco temporadas.
Parte de ello es que Arráez simplemente no tuvo su mejor año en el 2025, pero parte, argumentaríamos, es que San Diego no utilizó a Arráez de manera óptima. El puesto Nro. 2 ha llegado a considerarse como la posición de la alineación donde reside su mejor o casi mejor bateador, ya que el arquetipo de toletero de mucho contacto detrás de un primer bate veloz se ha quedado bien en el pasado. En el segundo turno es donde encontrarás a Aaron Judge, Bobby Witt Jr. y los dominicanos Juan Soto y Rafael Devers, entre otros. Ahí es donde Arráez jugó la mayoría de las veces, también, obteniendo la cuarta mayor cantidad de visitas al plato que cualquier bateador en el segundo turno del orden.
Entre los segundos bates de los 30 equipos, los Padres terminaron…
Primeros en tasa de ponches, por mucho
… pero…
Empatados en el último lugar en carreras anotadas
Penúltimos en carreras impulsadas (CI)
Cuartos de abajo hacia arriba en OBP
Terceros de abajo hacia arriba en SLG
… lo cual es problemático. No es un uso ideal de posiblemente la posición más importante de la alineación. Principalmente, no preparó a Arráez para tener éxito basándose en su conjunto de habilidades, porque un bate de poco poder que no se embasa tan a menudo simplemente no debería estar bateando segundo o abriendo la alineación, como lo hizo otras 11 veces adicionales.
Como Ben Clemens de FanGraphs señaló el otoño pasado, una gran parte del problema con “un hit es mejor que una base por bolas” es que realmente no lo es, cuando no hay nadie en base, y el 56% de las visitas al plato de Arráez este año llegaron con las bases vacías. En lugar de batear en los dos primeros puestos, teniendo más visitas al home que casi todos, estaría mejor ubicado bateando tercero, después de que un par de mejores bateadores hagan más probable que tenga a alguien en circulación para mover, o mucho más abajo en la alineación, donde en primer lugar llegaría al plato menos veces.
Aun así, habrá interés, porque hay potencial para volver a ver al bateador que vimos en 2022 y 2023, y porque hay algunas situaciones a finales de los juegos contra relevistas de gran velocidad donde simplemente hacer contacto podría aportar valor adicional, asumiendo al menos una recuperación en su tasa de batazos fuertes, que cayó de “baja, pero ese no es el punto” en el pasado a “insosteniblemente pobre” en el 2025.
¿Dónde, entonces? ¿Quién encaja mejor con este conjunto de habilidades tan exacto?
LA/MLB
Foto:MLB