El australiano Cameron Smith y el británico Rory McIlroy protagonizaron un final de película el domingo 17 de julio en la edición 150 del Abierto Británico con triunfo para el primero en el Old Course de St. Andrews en Escocia, conocido como la cuna del golf.
Smith se llevó la jarra de plata, luego de completar la mejor vuelta en la última ronda. Amaneció rezagado a cuatro golpes del liderato. Todo el mundo ansiaba ver a McIlroy poner fin a su sequía en las grandes citas y redondear una semana de festejos. Estaba tres golpes detrás al entrar en la segunda parte del recorrido.
Smith con su mágico putter se robó el show al embocar cinco birdies seguidos al abrir los últimos nueve hoyos y después mostrar tremendo aplomo al final.
“Ganar un Abierto como tal debe ser la nota más sobresaliente de un golfista en su carrera», indicó Smith. “Hacerlo en St. Andrews es sencillamente increíble”. Y su golf también lo fue.
En las 29 ocasiones previas que el torneo más antiguo de golf se escenificó en St. Andrews, ninguno de los campeones logró cerrar con un 64. Smith firmó una tarjeta final de 268, 20 bajo par, una anotación récord en el Old Course y que emuló la anotación más baja en los cuatro Majors. Sobresaliente, sin dudas.
AP
Cameron Smith satisfecho besó el trofeo de plata
