Los argentinos aún celebran en las calles todo lo que ha hecho su selección Albiceleste y ahora esperan ganar el Mudial de Catar, que define contra Francia este domingo 18 de diciembre.
La fiesta el martes 13 después de la selección argentina superar a Croacia por un cómodo 3-0 para que el país sudamericano enloquecido celebrara y el equipo accediera a la final de la Copa del Mundo.
Los aficionados abarrotaron las calles de la capital Buenos Aires en cuanto terminó el encuentro, ondeando banderas argentinas y gritanto en los carros, mientras que otros saltaban y cantaban de emoción en un mar de camisetas de la selección.
Buenos Aires poco antes se detuvo por completo en una calurosa tarde de verano, mientras lo aficionados llenaban cafés, restaurantes y plazas públicas, para seguir las hazañas del equipo liderado por Lionel Messi por pantallas gigantes.
¡EXTASIADO!
“Estoy completamente extasiado”, dijo Emiliano Adam, de 31 años, quien trabaja en una agencia de publicidad y celebraba en las calles de Buenos Aires portando una bandera como capa y brincando de alegria. “Es el primer partido que no sufro, la primera vez que puedo disfrutar un juego de comienzo a fin”.
El martes 13 se convirtió en una celebración cuando miles de personas se reunieron en el icónico Obelisco de la capital, justo cuando faltan unos días para la final.
El agonizante inicio del torneo para Argentina le siguió una serie de victorias, que le ha dado alegría a un país en medio de un estancamiento económico, con una de las inflaciones más altas del mundo cerrando el año en casi el 100 % y viendo de cuatro de cada 10 personas que viven en la pobreza.
ILUSIONADOS
“Estamos todos, todos súper ilusionados, hace tanto que no vivíamos una alegría así. Es hermoso, mirá lo que es esto”, aseguró Laila Desmery, una actriz de 27 años, señalando a la gente que bailaba y celebrando en las calles. “Es realmente inexplicable la alegría que vamos a vivir”.
Las grandes expectativas para la selección argentina incrementaron luego de los cuartos de final ante Países Bajos. El agonizante encuentro terminó en la tanda de penales y que llevó a una sensación colectiva en que el equipo, que había perdido de manera sorpresiva su primer encuentro ante Arabia Saudí, encontró su ritmo.
TRANQUILOS
“Fue la antítesis del partido anterior, ganamos tranquilamente, con una ventaja amplia y no hubo momentos de tanta tensión ni tanto estrés”, sentenció Valentina González, gestora de redes sociales de 31 años.
En un tradicional café en el vecindario de Palermo en Buenos Aires, aquellos que habían estado viendo nerviosamente las pantallas explotaron en júbilo cuando Messi anotó un penal después de 33 minutos sin gol.
¡MESSI EL ÍDOLO¡
“Messi, Messi, Messi”, comenzó a gritar la multitud mientras movían sus brazos en una ovación de adoración. Apenas cinco minutos después, cuando apenas la afición comenzaba a calmarse, Julián Álvarez anotó otro impresionante gol para el 2-0.
En la parte complementaria, la multitud estaba eufórica y cuando Álvarez anotó el tercer gol, la gente empezó a saltar en las sillas, besarse y abrazarse. “De la mano de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar”, comenzaron a gritar. La euforia era total y la felicidad no cabían entre ellos.
AP