El Ministerio Público informó que un hombre de 32 años de edad, identificado como López Pineda J, fue detenido y acusado por su presunta responsabilidad en la comisión de una acto sexual con una niña de 10 años de edad, quien reveló lo sucedido a través de una carta en una actividad educativa.
La situación fue descubierta el pasado 25-Nov dentro de una institución educativa ubicada en la ciudad de San Cristóbal, estado Táchira. Ese día la víctima participó de una dinámica en la que los estudiantes escribían un secreto para depositarlo dentro de una caja. En su escrito, la niña reveló que conoció a López Pineda en agosto, y que tras cuatro días de interacciones se hicieron “novios”, por lo que dicho victimario comenzó a frecuentar la vivienda, así lo señalan los medios locales.
Poco tiempo después, durante una de las visitas al patio donde vive la joven; López Pineda sostuvo relaciones sexuales con la niña y posteriormente no tuvo más contacto con ella.
Al enterarse de la situación, la docente a cargo de la estudiante citó a la representante de la niña para cuestionarle si sabía algo sobre lo ocurrido. En tal sentido, la madre negó cualquier conocimiento al respecto, identificó a López Pineda como vecino del sector y acudió ante el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) para interponer la respectiva denuncia.
En tal sentido, tras la emisión de una orden de aprehensión emanada por el Tribunal 1º de Violencia Contra la Mujer en esa entidad andina, el hombre resultó aprehendido el 26 de noviembre del presente año para ser dejado a disposición del Ministerio Público e iniciar el proceso penal correspondiente.
Durante la audiencia de presentación, la Fiscalía 16ª de Táchira imputó a López Pineda por la presunta comisión de acto sexual con víctima especialmente vulnerable.
Una vez evaluados los elementos de convicción expuestos por la representación fiscal, la referida instancia judicial dictó la privativa de libertad en contra de López Pineda y ordenó su reclusión temporal en la sede del Cicpc en San Cristóbal.
Fuente: La Nación