El presidente de Estados Unidos, Joe Biden; el de México, Andrés Manuel López Obrador, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se reunían este martes 10-Ene, para una serie de conversaciones sobre inmigración, comercio y cambio climático en un intento de rebajar las tensiones que han dividido a Norteamérica.
El encuentro a tres bandas se celebra casi todos los años, aunque hubo un receso durante la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos. A menudo se la conoce como la “cumbre de tres amigos”, una referencia a los profundos lazos diplomáticos y económicos entre los países.
Sin embargo, los líderes aún no encontraban la sintonía, especialmente en sus esfuerzos por gestionar una oleada de migrantes y perseguir a los contrabandistas que se benefician de convencer a la gente para que haga el peligroso viaje a Estados Unidos.
Además, Canadá y Estados Unidos acusan a López Obrador de incumplir un tratado de libre comercio al favorecer a las plantas de la compañía eléctrica estatal ante las centrales eléctricas construidas por inversionistas privados y extranjeros.
Por su parte, a Trudeau y López Obrador les preocupan los esfuerzos de Biden por fomentar la manufactura en Estados Unidos, entre reparos a que sus vecinos puedan quedarse atrás.
La pieza central de la cumbre serán varias horas de conversaciones con los tres líderes, aunque Biden tenía previsto comenzar la jornada con una reunión bilateral con Trudeau. Era improbable que ese encuentro fuera tan accidentado como su charla del lunes con López Obrador.
Durante ese encuentro, el mandatario mexicano desafió a Biden a mejorar la vida en toda la región y afirmó que “tiene la llave” para ello.
“Este es el momento de terminar con ese olvido, ese abandono, ese desdén hacia América Latina y el Caribe”, agregó López Obrador.
Biden respondió defendiendo las erogaciones de miles de millones de dólares de Estados Unidos en ayuda en todo el mundo en los últimos 15 años, y dijo que “lamentablemente, nuestra responsabilidad no termina en el hemisferio occidental”.
Fue un diálogo especialmente áspero después de las sonrisas, abrazos y estrechones de manos de los dos líderes ante las cámaras.
Fuente: AP