El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, regresó este domingo 17- jul a la Casa Blanca después de una gira por Oriente Medio donde permaneció por cuatro días.
La gira de Biden fue rápida, con giros inesperados y, a veces, tan densa que no se podía ver con claridad lo que estaba enfrente. «Hay que dejar que el polvo se asiente», aconseja en declaraciones a Efe Hussein Ibish, especialista en los países del golfo Pérsico.
La diplomacia en Oriente Medio, explica Ibish, siempre es «sutil» porque muchos países tienen conflictos que se remontan décadas o, directamente, ni siquiera mantienen relaciones diplomáticas como es el caso de Arabia Saudí e Israel, a su vez archienemigos de Irán.
Sin embargo, habrá partes de la gira que podrán evaluarse pronto por ser cuestiones inmediatas, mientras que otras tendrán que esperar a que amaine la tormenta.
AUMENTO DE LA PRODUCCIÓN DE PETRÓLEO
Lo primero en lo que fijarse será la producción de petróleo. Los líderes de Arabia Saudí, el mayor productor de crudo del mundo, no se han comprometido con EE.UU. a extraer una cantidad concreta para mitigar los precios, disparados por la guerra en Ucrania y las sanciones de Occidente.
No obstante, la Casa Blanca asegura que se verán pasos para estabilizar los mercados «en las próximas semanas».
Si Arabia Saudí decide incrementar el ritmo de producción, lo más posible es que ese anuncio llegue durante la reunión del próximo 3 de agosto de la OPEC+, que incluye a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y a otro grupo de países liderado por Rusia.
Fuente: Unión Radio