Colombia extraditó el jueves a Estados Unidos al hermano de una poderosa senadora izquierdista acusado de asociarse con guerrilleros disidentes para contrabandear enormes cantidades de cocaína.
Álvaro Córdoba fue entregado esposado a agentes de la DEA, la agencia estadounidense antidrogas, para un vuelo chárter a Nueva York.
El caso fue una especie de campo minado para el presidente Gustavo Petro, un exguerrillero que aprobó la extradición del hermano de su aliada a pesar de criticar él mismo el papel de Colombia como encargado de Estados Unidos en la guerra contra las drogas.
Córdoba fue arrestado en Medellín, Colombia, en febrero pasado por cargos de tráfico de drogas y armas presentados por un jurado investigador federal en Manhattan.
Su hermana Piedad Córdoba fue elegida para el Senado como parte de la coalición de Petro en una victoria histórica el año pasado. Durante décadas, ella ha sido un pilar de la izquierda en una Colombia profundamente conservadora que promovió la paz con los grupos rebeldes, lazos más estrechos con el gobierno socialista de Venezuela y más apoyo para las comunidades afrocolombianas tradicionalmente ignoradas.
Piedad ha dicho que ella y su hermano son blanco de una cacería humana similar a la que derrocó al jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar, hace décadas.
Pero sus quejas de “persecución política” hasta ahora han caído en saco roto, y Petro, poco después de su elección, sugirió que se tomara un respiro de la política. En septiembre, Petro firmó la extradición de Córdoba, algo que fue tomado como una señal de esperanza en Washington, que ha contado con el apoyo de Colombia durante más de dos décadas para limitar el envío de cocaína a Estados Unidos.
Según documentos judiciales colombianos, el nutricionista de 63 años fue blanco de una operación encubierta coordinada con la DEA.
En varias reuniones grabadas, la fuente confidencial le dijo a Córdoba que estaba buscando protección dentro de Colombia para contrabandear hasta tres toneladas de cocaína a Nueva York vía México, según una declaración jurada del agente especial de la DEA Matthew Passmore que acompaña a la solicitud de extradición autorizada por la Corte Suprema de Justicia de Colombia.
Córdoba puso a la fuente en contacto con un socio a quien le dijo que tenía una gran cantidad de “pollos”, supuestamente en referencia a la cocaína, dice la declaración jurada.
El acusado también ofreció hacer arreglos para que la fuente de la DEA visitara un campamento clandestino en las selvas del sur de Colombia donde 300 guerrilleros armados con misiles tierra-aire y otras armas se harían cargo de asegurar el paso de los narcóticos. La unidad rebelde estaba dirigida por un comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que se negó a aceptar un acuerdo de paz de 2016 que Piedad Córdoba ayudó a negociar.
AP