74 años del terremoto de El Tocuyo
El 3 de agosto de 1.950, El Tocuyo, súbitamente, se convirtió en otra ciudad. Un terremoto con epicentro en las cercanías de esta población cambió por completo la fisonomía arquitectónica y humana de la CIUDAD MADRE DE VENEZUELA.
El terremoto de El Tocuyo, fue en el territorio venezolano, uno de los sismos más destructivos de los que se tienen noticias. El noventa y tres por ciento de las viviendas se desplomaron y la mitad restante quedó en malas condiciones.
En la “Ciudad de los Siete Templos”, solo quedó uno en pie, la Iglesia de la Inmaculada Concepción, blanquísima y acogedora representación de lo que fue aquella antigua capital colonial.
El horror del desastre tocó de manera particular a los habitantes de El Tocuyo, el miedo y la tristeza empujan a muchos hacía otras localidades y así se da un éxodo de familias a Barquisimeto.
Era necesario comenzar de cero, es por ello que quienes debían tomar la decisión de volver a empezar decidían hacerlo lejos de aquel mal recuerdo. El Tocuyo sigue en pie, las ruinas de sus templos coloniales se convierten en inapreciables reliquias.
Su museo de las tradiciones almacena maravillosas piezas artísticas antiguas de valor inestimable, y el Convento de las Monjas Dominicas convertido en Casa de la Cultura conserva aún el túnel que unía esta edificación a la iglesia de la Concepción.
El 3 de agosto de 1.950 bastaron solo 10 segundos para derrumbar la evidencia de 405 años de historia colonial. Ese día, a las seis de la tarde, aproximadamente, un sismo acababa con todo.
Muy poco quedó en pie. Ese 3 de agosto ocurrió una de las mayores tragedias tocuyanas. “No hubo tiempo para el miedo”. El terremoto produjo la muerte de quince personas y la desaparición de las casas coloniales. Hoy apenas quedan vestigios.
Como cosa curiosa, en 1.945 a propósito de los 400 años de la fundación de la ciudad se les hizo a las iglesias una restauración. Existían los templos La Concepción, San Francisco, Santo Domingo, Santa Ana, San Juan y La Balvanera. Belén también templo ya existía y estaba convertido en ruinas construido el 18 de abril de 1.625.
Lo ocurrido el 3 de agosto de 1.950 fue una catástrofe, pero son pocos los que consideran que la mayor tragedia fue la política de concreto que impulsó la dictadura de Marcos Evangelista Pérez Jiménez, señalan dirigentes.
A El Tocuyo, llegaron contratistas venidos de todo el mundo, sobre todo europeos. La primera orden fue acabar con lo que quedaba en pie. La segunda iniciar la construcción de la modernidad.
Camiones con toda clase de implementos devastadores avanzaron de pronto trepidantes e imponentes, pueblo adentro por entre ruinas y no ruinas. Todo era empujado por las poderosas cuchillas de los tractores, y el confuso montón alimentaba la voracidad de la caravana de camiones que iban botando al viejo Tocuyo.
El futuro tiene la palabra. La tragedia de 1.950 dividió en dos la historia cotidiana, incluyendo el devenir económico.
Pedro Timaure
Foto: Pedro Timaure
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