Un actor que volvió a trabajar en Starbucks tras protagonizar una película acabó yendo a los Oscar, ya que el filme ganó un premio.
James Martin fue una de las principales estrellas de An Irish Goodbye, el cortometraje dramático sobre dos hermanos que se reúnen tras la muerte de su madre.
La película debió de ser bastante decente, ya que fue nominada al Oscar al «Mejor Cortometraje», y uno esperaría que alguien que protagonizó una película tan bien considerada se dirigiera a Hollywood.
Sin embargo, James no, ya que tras finalizar el rodaje volvió a trabajar en una sucursal de Starbucks en Belfast, mientras que el actor también trabaja como chef en un restaurante italiano.
El actor, que tiene síndrome de Down, dijo que era «agradable» mantener la humildad y seguir atendiendo a los clientes, algo que «llevaba haciendo mucho tiempo».
Sin embargo, mientras se mantiene humilde entre actuación y actuación, James consiguió que todo el público de los Oscar le cantara «cumpleaños feliz» cuando subió al escenario.
James, junto con su coprotagonista Seamus O’Hara y los directores de An Irish Goodbye, Ross White y Tom Berkeley, subió al escenario para recoger el premio al mejor cortometraje.
Mientras estaba en el escenario, Berkley anunció al público que era el cumpleaños de James, y la multitud prorrumpió en cánticos después de que la gente del escenario les incitara a ello.
Ivan, padre de James, dijo que su hijo estaba muy seguro de que An Irish Goodbye haría un buen papel en los premios, y el actor le dijo a su padre «no te preocupes, tengo la sensación de que vamos a ser nominados».
Resulta que James «fue a los Oscar bastante convencido de que iba a ganar», y su padre dijo que el actor «simplemente estaba convencido» de que las cosas le iban a salir bien.
Por su parte, el premio al mejor actor recayó en el muy querido Brendan Fraser por su interpretación en La ballena, que recibió un aplauso cerrado tras su victoria.
Los fans de Fraser lo han calificado de momento culminante del «Renacimiento», el resurgimiento de la carrera del actor tras un periodo difícil de su vida.
Los espectadores también sintieron curiosidad por Morgan Freeman y el guante que llevaba en la mano izquierda, identificado como un «guante de compresión» que la superestrella lleva desde que sufrió un accidente de coche en 2008.
Quien no tuvo una noche tan buena fue el presentador de los Oscar, Jimmy Kimmel, que quedó en ridículo al intentar preguntar a la Premio Nobel de la Paz Malala su opinión sobre si Harry Styles escupió a Chris Pine.
ENLACE ORIGINAL: Actor who went back to working at Starbucks after starring in movie wins an Oscar (unilad.com)
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