El flujo de remesas hacia Venezuela se redujo un 26,31% durante el primer semestre de 2025, disminuyendo de 3.800 millones de dólares en el mismo período de 2024 a 2.800 millones este año, según datos proporcionados por el economista y analista Leonardo Soto.
Mientras tanto, Soto alertó en una entrevista con Unión Radio que el 60 % del consumo en Venezuela depende de las remesas. Si estas caen, se observará una pobreza relativa en ese mismo porcentaje de la población.
Soto señala que esta disminución se debe a una mezcla de factores internacionales y estructurales que han reducido la capacidad de los migrantes venezolanos para enviar remesas a sus familias. Entre los aspectos destacados, menciona el incremento del costo de vida en los países receptores, las políticas migratorias más estrictas —particularmente en Estados Unidos— y los conflictos geopolíticos, como la guerra entre Rusia y Ucrania, así como las recientes tensiones entre Irán e Israel.
El economista destacó que únicamente 2 de los 8 millones de migrantes venezolanos cuentan con una situación legal regularizada, lo cual restringe su acceso a empleos formales y, en consecuencia, reduce su capacidad de envío.
Apertura cambiaria y pérdida de poder adquisitivo
Soto recordó que la apertura cambiaria de 2018 transformó la dinámica de las remesas.
“Antes, con 50 dólares se llenaba la despensa. El diferencial se usaba para ahorrar. Hoy, ese margen se ha evaporado”, explicó. La inflación interna y la dolarización informal han erosionado el poder de compra de los hogares receptores.
Además., la disminución de las remesas tiene un impacto directo en el comercio minorista, que es uno de los sectores más dependientes del ingreso proveniente del exterior. A su vez, la diversidad de monedas y plataformas empleadas para el envío complica la determinación de un monto promedio o una medición precisa del flujo actual. ac