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Cuando miles esperan ver a la reina arrestan a hombre por ofensa pública

Cuando miles de personas esperaban ver en el ataúd a la reina Isabel II desde el viernes 16 de septiembre, un hombre fue arrestado por las autoridades por presunta ofensa al orden público.  

Las personas pasaron la noche más fría de Londres en una fila para ver el ataúd de la reina, y las autoridades advirtieron el sábado 17 que los dolientes que lleguen se enfrentan a una espera de 16 horas.

La policía detuvo a un hombre después de lo que señaló había sido un “disturbio” el viernes 16 por la noche en el Salón Westminster del Parlamento, donde el féretro de la reina yace, envuelto en su Estandarte Real y con la corona llena de diamantes encima.

Las autoridades parlamentarias informaron que alguien se salió de la cola e intentó acercarse al ataúd en su andén. La Policía Metropolitana aclaró que un hombre fue detenido por una presunta ofensa al orden público.

La marea de gente que quiere despedirse de la reina ha crecido de forma constante desde que se admitió al público en la sala el miércoles 14. El viernes 15 las autoridades dejaron temporalmente de permitir que más visitantes se unieran al final de la fila, que serpentea alrededor de Southwark Park a unos 8 kilómetros (5 millas) del Parlamento.

Durante la noche los voluntarios distribuyeron mantas y tazas de té a las personas que hacían cola, mientras la temperatura descendía a 6 grados centígrados (43 grados Fahrenheit). A pesar del clima, los dolientes describieron la calidez de una experiencia compartida.

“Hizo frío durante la noche, pero tuvimos compañeros maravillosos, conocimos nuevos amigos. La camaradería fue maravillosa”, dijo Chris Harman, de Londres. “Valió la pena. Lo haría una y otra vez. Caminaría hasta el fin del mundo por mi reina”.

La gente tenía múltiples razones para venir, desde el afecto por la reina hasta el deseo de formar parte de un momento histórico. Simon Hopkins, que viajó desde su casa en el centro de Inglaterra, lo comparó con “una peregrinación”. “Es un poco extraño, porque va en contra de mi personalidad”, explicó. “Me he sentido un poco atraído por ello”.

AP

Gente del público caminaron frente al ataúd de la reina Isabel II, situado en el Salón Westminster en Londres

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