El presidente Joe Biden calificó a los republicanos que se postulan a diferentes cargos en todo el país como negacionistas electorales que se deleitaron con la violencia política, mientras que su predecesor, Donald Trump, instó a los votantes a oponerse a la “creciente tiranía de izquierda”, en el último domingo antes de los comicios de mitad de mandato que podrían cambiar el balance de poder en Washington.
En el último día de una gira de campaña de cuatro días por cinco estados, Biden participó en un mitin en la Universidad Sarah Lawrence en Yonkers, Nueva York, en donde respaldó a la gobernadora demócrata Kathy Hochul.
Hochul está enfrascada en una apretada contienda con Lee Zeldin, quien busca convertirse en el primer gobernador republicano del estado desde que George Pataki dejó el cargo en 2006.
El presidente dijo que cientos de candidatos republicanos a cargos estatales, locales y federales son “negacionistas electorales que aseguran que yo no gané la elección, aunque cientos de intentos de impugnar los resultados han fracasado, incluso en cortes republicanas”.
Biden dijo que para todos los negacionistas “sólo hay dos resultados en una elección: o ganan o se las roban”.
Biden dijo que los republicanos estaban dispuestos a condonar la insurrección del año pasado en el Capitolio federal y que después del ataque reciente en contra de Paul Pelosi, el esposo de la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, algunos miembros de ese partido “lo tomaron a la ligera” o estaban “poniendo excusas”.
“Nunca ha habido un momento en mi carrera en el que hayamos glorificado la violencia con base en una preferencia política”, dijo el mandatario.
Más de 41 millones de personas ya han votado en unas elecciones en las que se decidirá el control del Congreso y de varias gubernaturas, y que son los primeros comicios nacionales desde que una turba irrumpió en el Capitolio. Horas antes el domingo, mientras Trump se dirigía a sus simpatizantes en Miami, una referencia sobre Pelosi provocó cánticos de “¡Enciérrenla!”, un claro ejemplo de lo distantes que están ambas partes.
Trump espera que sólidos resultados republicanos durante la jornada electoral generen impulso para su candidatura en 2024, la cual tiene previsto lanzar este mes.
“Probablemente tenga que hacerlo de nuevo, pero manténganse al pendiente”, manifestó Trump, promocionando un evento que tiene programado para el lunes con el candidato a senador por Ohio, JD Vance. “Tenemos un gran, gran mitin. Así que estén pendientes mañana por la noche”.
Trump también le dijo a la multitud que “todos los estadounidenses libres y afectuosos deben entender que el momento para defenderse de esta creciente tiranía de izquierda es ahora”, e hizo un llamado a sus partidarios para que rechacen a los “maniáticos radicales de izquierda”. Afirmó que los hispanos brindarán un sólido respaldo a los candidatos republicanos.
El senador Marco Rubio, quien busca reelegirse, acompañó a Trump en su evento. Quien no fue invitado fue el gobernador republicano de Florida Ron DeSantis, quien se juega su reelección ante el demócrata Charlie Crist y es considerado como el principal rival de Trump si decide postularse a la Casa Blanca.
DeSantis organizó sus propios eventos el domingo en otra parte del estado donde se ciñó al núcleo de su campaña de reelección, incluyendo arengas en contra de los requerimientos de vacunación contra el COVID-19 y contra el “wokeismo” en escuelas y otras partes de la sociedad. El gobernador evitó antagonizar con Trump en sus eventos, lo que significa que no hubo un duelo rumbo a 2024 como los que podrían estar en el futuro cercano de ambos.
Trump dijo el domingo que Florida “reelegiría a Ron DeSantis como su gobernador”. Pero fue mucho más beligerante durante un evento en Pensilvania la noche del sábado, en donde se refirió al gobernador de Florida como «Ron DeSanctimonious”.
Es una rivalidad que se ha estado cocinando a fuego lento durante más de un año, ya que DeSantis ha tomado medidas cada vez más audaces para hacerse de un nombre a nivel nacional y para construir una red de recaudación de fondos.
Trump sigue siendo fácilmente la figura más popular del Partido Republicano. Pero muchos partidarios de Trump ansían que DeSantis se postule, ya que lo ven como un sucesor natural de Trump, sin los considerables rasgos políticos negativos de éste.
Para los demócratas a nivel nacional, la atención se centra en el destino de su estrecho control de la Cámara de Representantes y el Senado, que podría evaporarse después del martes.
El representante Sean Patrick Maloney, director de las campañas demócratas en la Cámara de Representantes, está en una reñida contienda por su escaño. Pero insistió el domingo en que a los demócratas “les irá mejor el martes de lo que la gente cree”. Añadió que su partido “no es perfecto” pero “somos adultos responsables, que creemos en la democracia”.
“Creo que esta contienda será sumamente reñida, y creo que todos los que estén preocupados por el extremismo de este movimiento MAGA — el racismo, el antisemitismo, la violencia — tienen que salir a votar, y no me refiero sólo a los demócratas, sino también los independientes y los republicanos razonables”, expresó Maloney en el programa “Meet the Press” de la NBC, en referencia al eslogan “Make America Great Again” (“Hagamos grande a Estados Unidos otra vez”) del expresidente Donald Trump.
Los votantes podrían castigar al partido que controla la Casa Blanca y el Congreso en medio de la creciente inflación, la preocupación por la delincuencia y el pesimismo sobre el rumbo del país. La historia indica que el partido en el poder sufre importantes reveses en las elecciones intermedias.
En un fin de semana en donde los expresidentes demócratas Barack Obama y Bill Clinton también estuvieron presentes en actos de campaña, la primera dama Jill Biden acudió a misa el domingo mientras hacía campaña por los demócratas en Houston. Al igual que su esposo y sus predecesores demócratas en la Casa Blanca, argumentó que el martes podría decidirse el futuro de la democracia.
“Hay mucho en juego en esta elección”, declaró. “Debemos alzar la voz en temas de justicia y democracia”.
En un mitin en Chicago, la vicepresidenta Kamala Harris mantuvo un discurso similar, asegurando que “estos ataques contra nuestra democracia no sólo tendrán un impacto directo en la población de todo el país, sino posiblemente en todo el mundo”.
Trump lleva mucho tiempo afirmando falsamente que perdió las elecciones de 2020 porque los demócratas hicieron trampa, e incluso ha empezado a plantear la posibilidad de un fraude electoral este año. Las agencias federales de inteligencia han advertido de la posibilidad de violencia política por parte de extremistas de derecha.
La presidenta del Comité Nacional Republicano, Ronna McDaniel, dijo que los demócratas eran “negacionistas de la inflación”, tratando de repeler los calificativos de antidemocrático lanzados contra su partido por rechazar los resultados de las elecciones presidenciales libres y justas de 2020 simplemente porque Trump las perdió.
“Si recuperamos la Cámara y el Senado, es el pueblo estadounidense el que le dice a Joe Biden: ‘queremos que trabajes en nuestro nombre y queremos que trabajes con el otro partido para resolver los problemas que estamos enfrentando’”, dijo McDaniel en el programa “State of the Union” de la cadena CNN el domingo.
Lee Saunders, presidente de la Federación Estadounidense de Empleados Estatales, Municipales y Condales, el mayor sindicato de empleados públicos de Estados Unidos con 1,4 millones de miembros, ha viajado por el país para apoyar a los demócratas. “Va a ser duro, va a ser difícil, pero no perdemos la esperanza”, dijo.
“Está claro que la gente está preocupada por la economía”, añadió Saunders. Pero los votantes también están “preocupados por las libertades que se les están quitando, tanto si se habla del derecho al voto como si se habla del derecho de las mujeres a elegir”.
Fuente: AP