“Sobrevivencia Cafetalera”
“Nuestro mayor problema no es lo que no sabemos…
sino lo que damos por cierto pero que no lo es”.
Mark Twain.
Algunas personas manipulan citando pasajes bíblicos; pretenden utilizar las palabras como cortina de humo para ocultar la verdad. Mientras otros “allegados” a los caficultores hablan de un país “cafetalero” inexistente; falsean y tratan de desprestigiar a quienes defienden la realidad, la lógica y la razón, que se comprueban con la situación por la cual atraviesa el sector cafetalero; pues bien, como las matemáticas y los resultados y/o consecuencias de las acciones efectuadas son evidencias, “siempre” llega el momento de la verdad… “La cosecha”.
Estando en la cúspide de la cosecha, la realidad sobre la producción cafetera nacional y por ende de la deplorable situación en la cual sobrevive la “etnia caficultora” queda plenamente demostrada con el modus vivendi de la familia caficultora. El problema cafetalero, pareciera ser un ovillo de lana dentro de un saco lleno de gatos…
La desesperanza deambula en las montañas, es absurdo lo que acontece entre las humildes familias productoras de café. ¿Estará vigente el decreto 3.628, del ex presidente de la República, Hugo Chávez Frías: “¿Es obligación constitucional del Estado ajustar cada año el salario mínimo vital a los trabajadores que laboran tanto en el sector público como en el sector privado, para garantizar el derecho del trabajador a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia, las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales”? Es el mismo texto del artículo 91 de nuestra Carta Magna. Además de dar cumplimiento a los derechos constitucionales del trabajador se estaría dando cumplimiento al texto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual desde su Preámbulo expresa en su considerando qué, la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de los miembros de la familia humana (…)
En Junta Nacional del Café de mayo de 2004 se aprobó la indexación (Ajuste a la inflación) de los precios del café, los 15 de septiembre de cada año (Comienzo de cosecha), lo cual fue refrendado en sentencia del expediente 05-0367 del Tribunal Supremo de Justicia en su Sala Constitucional, ante un Recurso de Amparo tramitado por nosotros, la cual expresa que lo aprobado en Juntas Nacionales del Ministerio de Agricultura y Tierra, “TIENEN CARÁCTER VINCULANTE”. ¿Qué pasó? ¿Por qué esto no se ha implementado y mucho menos defendido?
El cultivo del café, integra a las familias como un sólo ente trabajador; padres, madres, adolescentes, ancianos (as) y hasta niños (as) conforman la fuerza laboral. Los cafetales son el jardín de los ranchos en los cuales viven; son seres humanos que se arraigaron a la tierra que es su hábitat; a sus conucos de 3 a 5 hectáreas; rasgándose las manos, porque en la mayoría de los casos no disponen, ni siquiera, de escardillas. Entre ellos, campea la desnutrición, el hambre, la miseria extrema, según partes médicos: las enfermedades cardio-vasculares, cerebro-vasculares, neonatos que convulsionan por desnutrición del niño y de la madre, los suicidios por no poder cumplir con sus deudas y, el éxodo a los cordones de miseria de pueblos y ciudades, donde son víctimas o se integran a las drogas y/o a la delincuencia.
La destrucción ecológica en zonas de protección especial y/o de los Parques Nacionales donde habitan, son la consecuencia directa de la situación de estas humildes familias, impuesta a través de los precios de su café, con los cuales no cubren los costos de producción. Tala y quema en las nacientes de agua dulce tras la búsqueda de una agricultura de subsistencia. Todo, “para tener con que mitigar el hambre”. La producción lograda con el cultivo del café, se transforma en la remuneración que perciben “las familias caficultoras” por su trabajo, a través de la venta de su producto. Único medio de lograr los ingresos necesarios para cubrir sus necesidades básicas.
La Real Academia define al salario como: “La remuneración que percibe una persona por su trabajo”. El precio de venta del café, es para el productor su salario. Entonces no es congruente la aprobación y la aceptación, de precios que no cubren los costos de producción.
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