El presidente de Colombia, Gustavo Petro, rechazó enérgicamente la presencia de cinco aviones de combate de Estados Unidos cerca de las costas de Venezuela. Petro denunció que esta acción está convirtiendo el Caribe, que previamente fue acordado como una zona de paz con EE. UU., en una «zona de agresión y colonización», con consecuencias que serán «negativas» en el corto y largo plazo de la historia regional.
Petro elevó sus críticas ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, exigiendo la apertura de un proceso penal internacional contra el presidente estadounidense, Donald Trump, por el ataque con misiles que costó la vida a varios presuntos narcotraficantes en el mar Caribe. Petro señaló que los jóvenes asesinados eran «caribeños, posiblemente colombianos», que «simplemente querían escapar de la pobreza”.
Petro argumentó que transportar droga no los hacía narcotraficantes, sino «simples jóvenes pobres de la América Latina que no tienen otra opción». Afirmó que los verdaderos narcotraficantes «viven en Nueva York y en Miami» y hacen acuerdos con la DEA. Denunció que la política antidrogas de EE. UU. no busca detener la cocaína, sino que es una estrategia para «dominar los pueblos del sur».
El presidente colombiano concluyó advirtiendo que la política exterior de Trump hacia Colombia, Venezuela y el Caribe está siendo influenciada por asesores que son, a su juicio, «aliados de la mafia de la cocaína». Subrayó que Trump «lanza misiles sobre lanchas desarmadas de migrantes y los acusa de narcotraficantes y terroristas, sin ellos tener una sola arma para defenderse».