A un año de la existencia de los jueces y juezas comunales de paz, los resultados han demostrado que se trata de una experiencia altamente exitosa.
La anterior manifestación provino del doctor Magdiel Torres, juez del Tribunal Quinto de Municipios Urbanos de Iribarren, uno de los organizadores del encuentro con el que, este lunes 15 de diciembre, se celebró el primer aniversario de tales figuras jurídicas en la legislación venezolana, acto que tuvo lugar en el edificio sede de la Defensa de los Derechos Humanos, en la avenida “Pedro León Torres” con calle 55-B, de Barquisimeto.
Destacó el magistrado que todos estos jueces de paz allí reunidos y provenientes de todo el Estado Lara fueron designados por elección popular, y que, previamente, antes de asumir sus funciones, todos ellos recibieron la debida preparación a través de los facilitadores proporcionados por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
Ante una pregunta, Torres destacó que, más allá de la celebración propiamente dicha, el objetivo fundamental del acto fue el de establecer allí un intercambio de saberes y de experiencias, y de concluir haciendo un balance de la gestión hasta ahora cumplida.
Resaltó el hecho de que –dijo— las comunidades han sido altamente receptivas con estas figuras jurídicas, que han demostrado ser no sólo decorativas, sino altamente operativas.
Y, para reforzar el anterior aserto, manifestó que, en fecha reciente, los jueces de paz comunal cerraron un ciclo de rendición de cuentas, con un reporte de las diferentes actividades que cumplieron durante el año en el ejercicio de sus funciones, con el añadido de que aquellas situaciones que ellos no han podido solucionar fueron enviadas a los organismos jurisdiccionales competentes, a los fines de buscar esas soluciones definitivas.
Quiso, asimismo, destacar el hecho de lo que –señalo– ha sido la alta preocupación en esta entidad federal de la juez rectora del Estado Lara, doctora Marvis Maluenga de Osorio, por la capacitación de estos jueces, “que han contribuido a solucionar los problemas y desavenencias entre vecinos, tales como situaciones de paredes limítrofes, consumo de licor en la vía pública, contaminación sónica (como, por ejemplo, música a todo volumen), botes de basura en plena calle, etc.”
Interrogado acerca de si en la designación y actuación de estos jueces ha habido algún tinte de carácter político, respondió:
–En absoluto. Recuerda que estos jueces, en primer lugar, son escogidos, como antes dije, en votación popular, y, en segundo lugar, su actuación tiene que estar estrictamente apegada a las normas éticas de conducta como magistrados que son a nivel comunal.
La Defensoría del Pueblo
También la Defensoría del Pueblo del Estado Lara ha tenido un destacado papel en la formación de estos jueces y juezas de paz comunal.
Tal manifestación provino de la doctora Arelis Rodríguez, titular del antes citado despacho, quien también se encontraba allí presente.
De paso, recordó la casualidad de la fecha:
–Hoy nos encontramos en este espacio –dijo– en una fecha muy emblemática para el país: A 26 años de la promulgación de nuestra Constitución de la República, y a un año de este tan bello proyecto, cuyo primer aniversario estamos ahora celebrando”.
Y fue enfática en afirmar que el intercambio de saberes que el despacho a su cargo impulsó a través de su escuela lo que busca es fortalecer la actuación y el rol de los jueces de paz comunal, como una fortaleza en la garantía de los derechos humanos fundamentales (RG)
