La exprimera ministra de Bangladés, Sheikh Hasina, acusó a EE.UU. de orquestar su destitución por haber rechazado cederles el control de la isla de Saint Martin, que proporciona a su propietario el control sobre el golfo de Bengala. Así lo informa la propia Hasina en una carta enviada al The Economic Times.
Los seguidores cercanos a Hasina hicieron llegar al medio, una carta en la que la exdirigente explica por qué dimitió y alerta a su pueblo de posibles provocaciones y manipulaciones.
San Martín es la única isla de arrecife de coral de Bangladés, y según las evidencias histróricas, no es nuevo el interés que EE. UU. tiene sobre este atolón, donde pretende construir una base aérea que le daría influencia en el golfo de Bengala, cerca de India y China. Sin embargo, el gobierno estadounidense siempre lo ha negado.
También es conocido que Bangladés se ha convertido en un enclave asiático de la industria textil, girando en buena parte su economía alrededor de este sector que representa inversiones millonarias para occidente.
No obstante, si bien la alta dependencia del sector textil es una de las razones de su actual recesión, no es menos cierto que Bangladés fue considerado un ejemplo de resurgimiento económico, en el subcontinente sudasiático.
Ya sea por su atolón, por su ubicación geográfica o por lo que su industria textil pasó a representar para occidente, la exprimera ministra acusaba que EE. UU. tenía los ojos puestos en su país, al punto incluso de aupar el surgimiento de un Estado cristiano -proestadounidense-, como ya sucedió en Timor Oriental.
Este enclave se ubica en una vasta región fronteriza con Birmania, pero, más importante aún, a las puertas del estrecho de Malaca, vital para las importaciones chinas.
Analistas no descartan que la visita del ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, haya colaborado a aumentar el interés sobre Bangladés, por cuanto la de septiembre de 2023 fue la primera visita de un canciller ruso al país sudasiático, segundo mayor socio comercial y de inversión de Rusia en esa región.
La victoria de Hasina en los comicios de principios de año estuvieron señaladas por las acusaciones de fraude electoral y de violaciones de DDHH por parte de su gobierno.
EE. UU. manifestó su preocupación por la situación y la alianza política de Hasina lo acusa de financiar al islamista Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP), promotor de las protestas
De allí que Hasina, en su carta, pide a los estudiantes que aún están protestando: «los conspiradores se aprovecharon de la inocencia» de los jóvenes y les utilizaron para desestabilizar la nación.
La exmandataria aseguró que tuvo que dimitir porque, de lo contrario, se habría asesinado a más personas y se habría destruido más recursos. Dice estar al tanto de que «muchos líderes han sido asesinados, los trabajadores son acosados y sus hogares son objeto de vandalismo e incendios».
El 5 de agosto Hasina renunció a su cargo y huyó a la India en medio de los violentos disturbios que costaron la vida a centenares de personas en la última semana. Mientras tanto, continúan en el país los enfrentamientos con la Policía, los actos de violencia y el vandalismo. Desde el inicio de los disturbios, se calcula que ha habido alrededor de 440 muertos.