El historial del multimillonario ha generado preocupación sobre la capacidad de Neuralink para supervisar de manera responsable el desarrollo de un dispositivo invasivo de este tipo.
La compañía de implantes cerebrales de Elon Musk, Neuralink, recibió la semana pasada la aprobación regulatoria para llevar a cabo el primer ensayo clínico de su dispositivo experimental en humanos. Pero la promoción bombástica de la tecnología por parte del ejecutivo multimillonario, su historial de liderazgo en otras empresas y las preocupaciones sobre el bienestar animal relacionadas con los experimentos de Neuralink han generado alarma.
Una captura de pantalla que muestra a Elon Musk junto a un robot quirúrgico durante una presentación de Neuralink. Neuralink, la empresa de implantes cerebrales de Elon Musk, aprobada para estudio en humanos. Lee más «Me sorprendió», dijo Laura Cabrera, una neuroética del Instituto de Ética Rock de la Universidad Estatal de Pensilvania, sobre la decisión de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) de permitir que la compañía continúe con los ensayos clínicos.
El liderazgo errático de Musk en Twitter y su ética «muévete rápido» plantean dudas sobre la capacidad de Neuralink para supervisar de manera responsable el desarrollo de un dispositivo médico invasivo capaz de leer señales cerebrales, argumentó Cabrera. «¿Considerará un dispositivo de implante cerebral como algo que requiere no solo regulaciones adicionales, sino también consideraciones éticas?» dijo. «¿O simplemente lo tratará como otro gadget?»
Neuralink está lejos de ser la única empresa que trabaja en dispositivos de interfaz cerebral. Durante décadas, equipos de investigación de todo el mundo han estado explorando el uso de implantes y dispositivos para tratar condiciones como la parálisis y la depresión. Ya existen miles de personas que utilizan neuroprótesis como implantes cocleares para la audición. Sin embargo, el amplio alcance de las capacidades que Musk promete para el dispositivo de Neuralink ha generado escepticismo entre los expertos.
Neuralink ingresó a la industria en 2016 y ha diseñado una interfaz cerebro-computadora (ICC) llamada Link, un chip informático cargado de electrodos que puede coserse en la superficie del cerebro y conectarlo a dispositivos electrónicos externos, así como un dispositivo robótico que implanta el chip.
El diseño parece utilizar un tipo novedoso de electrodo, dijo John Donoghue, un neurocientífico de la Universidad de Brown que dirigió el equipo que desarrolló la interfaz cerebro-computadora ‘BrainGate’ para restaurar el movimiento en personas con parálisis.
Musk ha afirmado que el dispositivo de Neuralink podría usarse para una variedad de usos terapéuticos, para tratar condiciones como ceguera, parálisis y depresión. Pero también ha dicho que el objetivo final es crear un «dispositivo para la población general» que pueda conectar la mente.
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