De acuerdo con un habitante de la zona del sector El Manteco, de Barquisimeto, allí se está viviendo nuevamente la actividad de carga y descarga de mercancía, todos los días y a toda hora, inclusive de madrugada, todo lo cual, por supuesto, ha venido a perturbar, no solamente la tranquilidad y la calma de los residentes de dicha zona, sino también algo tan delicado como lo es el sueño.
Se trata de Robinson Párraga, quien dijo residir allí desde hace varios años.
–Y pensar que nosotros creíamos que, con la construcción y vigencia del Mercado Mayorista de Barquisimeto, hace ya casi 50 años, esta situación se había solucionado.
Fueron las nostálgicas palabras del preocupado habitante de la zona ya indicada.
Explicó que, allí, hasta este momento, lo que más se está viendo es el comercio –y también trasiego, en algunos casos– de víveres, aun cuando también se comercian otros tipos de renglones, “por cierto, expuestos en muchas ocasiones a la contaminación, por razones obvias de entender”.
Agregó que, de paso, los mismos camiones, en muchos casos, son estacionados sobre las aceras, u obstruyendo el normal tránsito de vehículos, a lo cual hay que agregar que también obstruyen el tránsito de vehículos las busetas del transporte colectivo que circulan por la carrera 22, las que se estacionan en medio de la calle a recoger pasajeros.
–Entonces, es bueno imaginar cómo es que ya a todas las familias de ese sector, la preocupación nos está embargando nuevamente, porque, de paso, ya también los buhoneros de la zona, que habían sido desalojados, están igualmente volviendo poco a poco, “hechos los tontos”.
Tardanza
–Y nuestra preocupación se incrementa –agregó— porque, ciertamente, gracias a EL INFORMADOR VENEZUELA, hoy podemos formular la denuncia, pero, ¿Cuánto tiempo se van a tardar los organismos competentes, especialmente la Alcaldía de Iribarren, en solucionarnos este serio problema?
Quiso destacar Párraga que ni él ni los habitantes de la zona afectados – tal vez unas 30 familias –dijo— tienen nada en contra de los comerciantes en cuestión, “pero yo creo que nosotros tenemos también el derecho de llevar nuestras vidas con la tranquilidad requerida”.
Aprovechó finalmente nuestro interlocutor para denunciar asimismo otro serio problema de larga data de esas familias, como lo son las roturas de cloacas, una en la calle 32 con carrera 22; otra, en la calle 32 entre carreras 24 y 25, y otra, en la misma calle, entre las carreras 21 y 22.
Reinaldo Gómez
