La compleja realidad económica que vive el país, marcada por los bajos salarios, la inestabilidad del dólar del Banco Central de Venezuela y el encarecimiento de los alimentos, son los tres aspectos que más preocupan a los barquisimetanos en estos últimos días del año, donde aseguran la calidad de vida se ha agudizado más.
Carlos Rodríguez, quien es jubilado de la administración pública, dice que cuando le pagan el «bono de guerra económica» debe debatirse entre comprar la comida, que son mayormente víveres, o las medicinas.
«Con ese bono, uno puede comprar comida es para siete u ocho días, porque carne o chuleta, esas proteínas ya no están en la dieta alimenticia».
Otro con una situación similar es Deuly Salas, quien para comprar algunos productos de la cesta básica debe dividirse entre cinco puestos de trabajos.
Él, afirma que el aumento del dólar, sumado al estancamiento de los salarios, ha hecho que la situación se agrave cada vez más.
Pero el caso de Vanessa Marín, otro de los consultados, no es igual al de Carlos y Deuly, en su caso, ella explica que aún puede mantener el mercado, aunque si es consciente que la comida ha encarecido mucho.
También conversamos con una emprendedora, quien no quiso revelar su identidad, pero si cuenta que por la modalidad de su trabajo y él de su papá deben comprar a diario en la bodega.
«No sales más caro, hasta 100 bolívares más que un abasto, pero es la manera que tenemos para alimentar a una familia de cinco personas», relató.