Aviones de combate israelíes han llevado a cabo bombardeos contra instalaciones militares en las provincias sirias de Homs y Latakia, según reportes de medios locales. Las explosiones se han escuchado en varias zonas, incluyendo Auras y la ciudad de Palmira en Homs, así como la base militar de Saqubin en Latakia. Por el momento, no se ha informado sobre víctimas o daños materiales.
Estas incursiones aéreas se producen tras un incremento significativo de las operaciones militares de Israel en territorio sirio. La situación ha escalado a raíz de la caída del expresidente Bashar al Assad y la toma de Damasco por parte de grupos rebeldes y yihadistas liderados por Hayat Tahrir al Sham (HTS). Israel ha justificado estos movimientos como una medida para proteger a las comunidades en los Altos del Golán.
Las fuerzas israelíes han penetrado en la zona desmilitarizada que históricamente ha sido patrullada por las Naciones Unidas. El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, ha declarado que las tropas permanecerán en Siria de forma «indefinida». Esto ha llevado a la instalación de hasta nueve bases militares israelíes en la región, marcando un cambio significativo en el control territorial.
Este reciente ataque subraya la volatilidad de la región y la creciente implicación de Israel en el conflicto sirio. La caída del régimen de Al Assad ha redefinido el panorama geopolítico, permitiendo a Israel consolidar una presencia militar en Siria. La comunidad internacional observa de cerca cómo esta nueva realidad afecta la estabilidad de Oriente Medio.