El Gobierno de Venezuela ha denunció el jueves un «nivel de amenaza sin precedentes» de Estados Unidos con su despliegue militar en el Caribe, en una carta dirigida al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, instándolo a «exhortar» a Washington a que ponga fin a estas acciones y respete «la soberanía, integridad territorial e independencia» del país latinoamericano.
La representación permanente venezolana ante la ONU hizo «entrega de una comunicación oficial» a Guterres, denunciando «los más recientes y peligrosos desarrollos de la política de hostigamiento del Gobierno de Estados Unidos contra (su) país», anunció el ministro de Exteriores, Yván Gil, en un comunicado difundido en Instagram.
«El Gobierno venezolano ha dejado claro que estas agresiones, que han venido escalando en los últimos años mediante sanciones ilegales, campañas de descrédito, desconocimiento de las instituciones legítimas de Venezuela y judicialización con fines políticos, han alcanzado en la actualidad un nivel de amenaza sin precedentes con el despliegue militar estadounidense en el Caribe», agregó.
Caracas alertó en particular de «la presencia de destructores y un crucero lanzamisiles, así como el despliegue de un submarino nuclear de ataque rápido» en aguas del Caribe, «la primera ocasión en la historia en que se introducen activos militares con capacidad nuclear en» el continente.
Las autoridades venezolanas indicaron que «esta acción viola abiertamente el Tratado de Tlatelolco, instrumento que estableció la desnuclearización de la región y que obliga también a Estados Unidos», además de constituir «una violación flagrante de la Carta de Naciones Unidas.
En este sentido, advirtió que «la introducción de un componente nuclear en el Caribe atenta contra la estabilidad hemisférica, erosiona la confianza en el régimen internacional de no proliferación y desarme, y pone en riesgo la paz y la seguridad internacionales».
Por todo ello, pide a Guterres que asuma sus competencias y «exhorte al Gobierno de Estados Unidos a cesar sus acciones hostiles y a respetar la soberanía, la integridad territorial y la independencia política de Venezuela», asegurando que «los pueblos no aceptarían la inacción de la comunidad internacional frente a una amenaza de esta magnitud».
Además, asegura que Venezuela «jamás aceptará la imposición de la fuerza ni la vulneración de sus derechos inalienables», pese a su «fiel vocación de paz».
En las últimas semanas, la Administración de Donald Trump ha intensificado la presión sobre Venezuela con el anuncio de despliegues de buques frente a sus costas. Estados Unidos sostiene que la llegada de su tres navíos de guerra se encuadran en un campaña de lucha contra el narcotráfico.
Europapress