La creciente ola de accidentes de motociclistas en Venezuela mantiene preocupados a especialistas y autoridades, quienes advierten que el país enfrenta un escenario crítico con hasta cuatro fallecidos al día por causas asociadas a imprudencia, exceso de velocidad, falta de educación vial y uso de cascos no reglamentarios.
El incremento sostenido de siniestros ha impulsado a expertos a exigir una reforma urgente de la legislación, intensificar la capacitación vial y establecer el uso obligatorio de cascos integrales como medidas mínimas para contener una problemática que hoy satura los servicios de salud.
Sin embargo, la presidenta de la Sociedad Venezolana de Ingeniería de Transporte y Vialidad (Sotravial), la ingeniera civil Celia Herrera, especialista en diseño de carreteras y miembro de la comisión de infraestructura de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat (ANIH), afirmó que este comportamiento no es exclusivo de Venezuela.
Explicó que el fenómeno también se está registrando en distintos países de la región donde “se hace todo el esfuerzo por reducir la siniestralidad vial siendo incluso un enfoque epidemiológico de la Organización Mundial de la Salud -OMS- a nivel internacional”.
Herrera insistió en entrevista para Unión Radio, en la necesidad de acabar con lo que denominó la «anarquía» en la conducción de motocicletas y pidió hacer cumplir las sanciones contempladas en la normativa.
Señaló que en el país “lo que molesta es el comportamiento anárquico del motorizado que rompe con los acuerdos de civismo de cómo comportarse en el tránsito”, aunque recordó que el “problema de fondo que siempre nos preocupa y nos ocupa es precisamente la pérdida de vidas, más allá de los daños materiales y lesionados”.
Herrera asegura que la alta siniestralidad está directamente vinculada con la falta de consecuencias para los infractores, pues la impunidad se ha convertido en un incentivo peligroso. “Tiene que ver con la percepción de romper con la impunidad, de romper con la anarquía y con esa manía de cómo nos comportamos en el espacio público y eso pasa por ejercer la autoridad y que se aplique la sanción, en la medida en que la autoridad hace su función, la persona es sancionada, es una forma de disuadir al infractor de cometer cualquier irregularidad”, explicó.
También insistió en la necesidad de fortalecer las campañas de concienciación ciudadana para que los motorizados “internalicen el riesgo tan alto que está corriendo, cuando no tienen ningún tipo de protección o solo tienen un casco integral, pero del resto el parachoques es su cuerpo, y precisamente es demasiado vulnerable”.
Recordó que el país cuenta con un reglamento parcial de la Ley de Transporte que regula la circulación en moto y el servicio de mototaxi, donde se establecen prohibiciones como transportar a más de dos personas, llevar objetos que superen los 15 kilos, trasladar menores de 10 años o circular por autopistas —excepto por el hombrillo—, aunque advirtió que “todo eso está escrito, pero queda en letra muerta si no hay quien fiscalice, supervise y aplique las normas”.
