El gobierno de Nicolás Maduro rechazó «categóricamente» el informe preliminar de la ONU sobre las elecciones presidenciales en Venezuela, según un comunicado emitido por el ministro de Asuntos Exteriores, Yván Gil. En el texto, se califica el informe como «una serie de mentiras» que violan «no solo los principios que rigen el funcionamiento de los grupos de expertos, sino los propios Términos de Referencia suscritos con el Poder Electoral venezolano», lo que representa, según el gobierno, un «acto imprudente» que socava la confianza en los mecanismos de cooperación y asistencia técnica.
Gil destacó que los expertos de la ONU tuvieron «acceso amplio a todas las fases del proceso electoral» y comprobaron «el excelente funcionamiento del sistema venezolano». Por lo tanto, considera que la opinión emitida en el informe es «un acto de propaganda que sirve a los intereses golpistas de la ultraderecha venezolana».
El comunicado también señala que durante su estancia en Venezuela, los integrantes del panel de expertos mantuvieron «frecuentes contactos directos» con funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos, lo que, según el gobierno, pone en duda la imparcialidad de sus declaraciones. Además, se critica la «actitud poco ética y profesional» del grupo, argumentando que su accionar tiene como único fin «dañar la democracia venezolana y sembrar dudas sobre el funcionamiento de sus instituciones constitucionales».
El informe preliminar de la ONU, por su parte, indica que «el proceso de gestión de resultados del Consejo Nacional Electoral no cumplió con las medidas básicas de transparencia e integridad que son esenciales para celebrar elecciones creíbles».
También se menciona que el CNE «aún no ha publicado ningún resultado desglosado por colegio electoral», lo que contradice el marco legal para las elecciones.