Los «turcos» vuelven a los barrios o los sectores más modestos del país para vender por cuotas, una tradición de hace 50 años que se popularizó en la década de los años 70 en el territorio nacional.
De nuevo surge esta práctica donde «el marchante», como lo conocían antes, promocionan su mercancía y se acercan a los interesados para que compren a crédito lo que llevan: Cocinas, lavadoras, licuadoras, televisores, colchones, cobijas, almohadas.
Las personas ya no compran como anteriormente, porque la actual situación inflacionaria lo impide, cuando se acercaban a los diferentes comercios y adquirían lo que necesitaban. Ahora sólo compran comida o lo que puedan.
Muchos que viven de la venta de muebles, ropas, instrumentos, electródomésticos, vajilla de platos, tazas ahora han comenzado a hacerlo por diferentes sectores del estado Lara, que incluyen los municipios Iribarren y Palavecino como los más solicitados.
Luego, como el modelo de antes, los «marchantes» pasan por casas de los compradores para cobrar los productos que han adquirido mediante la conocida venta por cuota, en virtud de las personas no disponer del dinero requerido para adquirir una cocina, una lavadora, un colchón de contado sino a crédito, como en los años 70. «Ta’barato, dame dos», decían algunos cuando compraban por cuotas 45 o 50 años atrás.
Con información propia