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Tertulias de Café/ Maximiliano Pérez

    ¿DESASTRE ANUNCIADO?

De un artículo escrito por el Dr. Lauro Parmeggiani cito:

(…) “Decíamos que el pueblo francés no obtuvo ningún beneficio de su revolución, aunque en verdad se estableció el principio de darle importancia al pueblo, lo cual no había sucedido desde los tiempos de los tributos romanos. No obtuvo beneficios el pueblo, si no que perdió notablemente en sus condiciones de vida. Más tarde, el pueblo francés, si obtuvo beneficios, como los demás pueblos del mundo, pero eso fue por otra revolución….

La revolución industrial”.

Una revolución beneficiosa que también derivó, por otros canales, del principio de libertad de pensamiento y de investigación del neo-humanismo italiano (…)

Dicen que la “Revolución Francesa” se fraguó en famosos cafés parisinos. En el “Café de Procopio”.

Haciendo una retrospectiva de diferentes revoluciones, podríamos concluir en qué: En la mayoría de los casos, los cambios violentos en las estructuras políticas, sociales y económicas de un país, conllevan a la pretensión de querer encarcelar, a través de la ideologización, al último bastión de la libertad… “al pensamiento”.

“Para verdades el tiempo y para sabiduría Dios”.

 “Presuntamente” el gobierno se convirtió en “capitalista” al disponer de los mayores ingresos monetarios que otro gobierno venezolano haya tenido; las cifras que cuantifican las ganancias obtenidas por la industria de los hidrocarburos, se podrían definir como las de una “Explotación Capitalista”, mientras los caficultores sucumben en la peor de las miserias, en zonas donde existen infraestructuras pre históricas, o no existen. En años en los cuales se ha anunciado la ejecución de desarrollos endógenos, auto sustentables, y ecológicos, a la caficultura venezolana se le extermina inmisericordemente, a pesar de haber sido orgullo de gobernantes, que se jactaban de haber pagado la deuda externa con las divisas provenientes de la comercialización internacional del mejor café del mundo… “El café venezolano”.

Eran épocas en las cuales no existían asistencia técnica, financiamiento, fertilizantes, herbicidas, o fungicidas, agroquímicos, ni vías de comunicación. Los caficultores obtenían sus ingresos (Salarios) para cubrir sus necesidades básicas, sociales, materiales, e intelectuales, del único medio del cual disponen, sin causar daños irreparables al ambiente. Cuidaban las aguas y los bosques nublados, por eso eran llamados: “Los guardianes gratuitos del ambiente”.

El café, por generar una altísima circulación de dinero, ha sido fundamental para el sustento de miles de caseríos y otros tantos poblados, y proyectaba a las familias caficultoras como miembros de una clase social próspera.

El café escasea, y no es a consecuencia de las lluvias, si no como prueba del desastre que se debe investigar para establecer responsabilidades.

De antemano pido perdón si es que estoy equivocado en mis apreciaciones, no pretendo ser dueño de la verdad, y agradezco que sean utilizados la lógica y la razón; el análisis pausado, pragmático e imparcial sobre los conceptos emitidos y, así como valoro de manera infinita las palabras y gestos de apoyo que constantemente recibo de parte de los lectores de ésta, la columna de los caficultores, también sabré valorar si me razonan algún error cometido, para implementar las correcciones pertinentes ante el convencimiento del caso.

“Presumo” qué, los protagonistas de los tiempos actuales pretenden distorsionar la historia. Se utilizan palabras y frases con apariencia de verdad…

Se habla del poder económico de las oligarquías, del poder mediático, pero:

¿Se podría comparar el poder disperso de cualquier oligarquía, radio, televisión, o prensa escrita, con el poder “autónomo” de un Estado que controla a los poderes que deberían controlar al Estado, que ha dispuesto de los recursos financieros que gobierno anterior alguno, haya dispuesto y que, además está concentrado en un solo hombre?

Tan sólo son preguntas, que se hace una persona que como político es muy buen músico, pero, que “supone” qué, son situaciones que el Libertador execró en su pensamiento. Tal vez porque el poder, simplemente es eso… “el poder”; poder tener acceso a cantidades de dinero ilimitadas, inaccesibles a cualquier persona, para “poder” disponer de él, y despilfarrarlo sin ningún control, priorizando las necesidades de otros países, obviando las necesidades de los compatriotas desposeídos; a métodos, sistemas y procedimientos adaptados a la ambición personal, a la manipulación de la Constitución Nacional, las leyes, reglamentos y tratados internacionales suscritos por la República, a la compra de conciencias a través de las necesidades del pueblo… “Yo te doy a cambio de…”. Disponer del poder para la creación de “gatolandia” … del “poder” tapar al excremento de la corrupción, etc.

Como somos miembros de un todo, la situación de los caficultores es similar a la del país; el desastre en el cual sobrevivimos es manipulado por informaciones incoherentes que deberían ser investigadas por los entes a quienes compete la salvaguarda del patrimonio público. Los medios de comunicación, especialmente la prensa escrita, servirían de testimoniales irrefutables contra quien (es) ha (n) ocasionado la hecatombe cafetalera, como, por ejemplo: “Las declaraciones de quienes aseguran que este año hubo una súper producción de 3.831.000 quintales de café”.

El Presidente, ha tenido y tiene, la oportunidad única de “perpetuarse de manera inmortal” en la memoria del pueblo venezolano; dificulto que, proporcionalmente, exista un país que haya dispuesto de los recursos financieros necesarios para garantizarle la felicidad a los ciudadanos. Las autoridades regionales tienen el sacrosanto deber de asesorar al Presidente en su toma de decisiones. El éxito de su gestión, sería el nuestro.

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