¿ Verdades para analizar ?
Una vez un amigo, de quien por razones obvias omito su nombre, cuando le pregunté: ¿Cómo estás? Contestó: Bien… de aquí en adelante ¡Todo es ganancia!… ya lo perdí todo…
En similar situación están los caficultores. Emulando la parábola de la ranita. Poco a poco, se han ido exterminando; los números estadísticos dan fe del inimaginable oprobio que demuestra la realidad de la devastación. La ingenuidad tal vez proveniente de la ignorancia conlleva a la manipulación de la esperanza con la oferta de créditos que no podrán pagar porque los precios impuestos al productor, no han cubierto los costos de producción de café, en los últimos 26 años y esto se acentúa con la inflación descontrolada que hemos venido soportando.
¿De quién es la responsabilidad? ¿Quién impone los precios al trabajo, esfuerzo, tesón, perseverancia, valentía e inversión de los caficultores? ¿Es socialismo del siglo XXI el haber acrecentado el hambre y la miseria en un 94,2 por ciento según las declaraciones sobre la producción de directivos del Sindicato Nacional de Café Venezuela, en un sector de la población que fue próspero, auto sustentable y auto sustentable, el cual generó las divisas necesarias para que el mal llamado Benemérito Juan Vicente Gómez hubiese pagado la deuda externa venezolana y, elevó al estandarte patrio en la cúspide del mundo cuando se otorgó el premio de producir el mejor café descerezado del mundo, a la finca Cobalonga, de los Valles de Aragua? ¿Cómo valorar y compensar los años de vida que han dedicado las humildes familias caficultoras en pos de una quimera?
La responsabilidad ineludible es del gobierno nacional en el ámbito ecológico, social, económico, cultural y turístico. Presuntamente se hace repetitiva la presunta violación de los derechos humanos de las humildes familias que cultivan el cafeto venezolano, otrora el mejor café del mundo. Puesto que, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas textualmente expresa en su artículo 23:
“23-1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
23-3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social”.
Siempre he dicho que soy como la paja sabanera, a quien no acaba ni la candela ni el viento; como los cafetos que preservan al ambiente protegiendo los suelos de la sedimentación y la escorrentía o como el bambú, cuyo retoño brota a los siete años pero que, en 6 meses crece 32 metros; es sólo un tal vez diferente a la realidad sempiterna de que los seres vivos somos finitos; hombres y mujeres pasamos; el poder es efímero pero la eternidad es…
¡La Eternidad!
Continuamente se siguen denunciando las depredaciones cometidas en zonas de alta fragilidad ecológica productoras de agua y de oxígeno, regiones de la cual depende la vida…
Se han devastado áreas inmensas propensas para el desarrollo de la industria sin chimeneas…
¡El Turismo!
En Venezuela éramos más de ochenta y cinco mil las familias cultivadoras de café, otrora miembros de una clase social próspera, cuya producción era la base principal de las economías de pueblos y ciudades y que, con su inmenso aporte al Producto Interno Bruto, en divisas, se logró pagar la deuda externa.
En la búsqueda de una mejor calidad de vida, de su subsistencia, estas familias se han desmembrado al igual que los índices de producción. Primero, victimas del éxodo hacia pueblos y ciudades y después, para integrarse a la diáspora infame que destruye todo sistema productivo venezolano, más aún al sistema caficultor, porque en él, es imprescindible la utilización de la mano de obra en todas las fases y labores del cultivo…
Huyamos de la vanidad que perpetúa los errores; nuestra descendencia se transforma en el tribunal que juzga nuestros actos; así como también es quien carga el peso ocasionado por nuestras culpas. Por el retrovisor vemos el camino recorrido y a veces la neblina nos oculta el que nos falta por recorrer. Los mejores aliados son: La lógica, la razón y la sensatez.
Hay países, como Turquía y Colombia, donde el café ha sido reconocido por la UNESCO como:
“Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”.
“Por poco menos del cien por ciento de los venezolanos llevamos el café casi
como la sangre.”
¡FELICIDADES!
A todos los padres que han tenido y tienen la dicha de compartir con sus hijos…
A los padres que están presentes, allá, donde distancia y tiempo no existen…
¡Allá, donde los sentimientos son eternos!
LA
