En pleno auge de su gira mundial ‘Las Mujeres Ya No Lloran’, la estrella colombiana Shakira habló sobre los desafíos personales, su perfeccionismo artístico y la experiencia de vivir como inmigrante en Estados Unidos, país al que llegó tiempo atrás, con solo 19 años en busca de un sueño internacional, según se lee en el portal “El Cooperante”.
En una entrevista con la BBC desde el backstage del Hard Rock Stadium de Miami, una de las paradas clave en una gira que ya ha recaudado más de 150 millones de dólares, la artista colombiana se mostró agradecida por la respuesta del público.
Más de dos millones de personas han asistido a sus 64 conciertos en América.
Cada detalle
«Esta gira ha sido una recompensa increíble tras más de un año de trabajo minucioso», comentó. Según miembros de su equipo, Shakira supervisa personalmente cada detalle del espectáculo, desde la iluminación hasta el vestuario.
Su obsesión por la perfección la ha llevado a ofrecer shows de dos horas y media con más de diez cambios de ropa, rutinas de alto impacto físico y un repertorio que celebra sus mayores éxitos.
La gira, inspirada en su álbum más reciente, surgió de un periodo turbulento en la vida personal de la artista: La separación del futbolista Gerard Piqué, problemas de salud de su padre y un mediático proceso judicial por fraude fiscal en España.
Aun así, Shakira convirtió esa etapa en impulso creativo, regresando al centro de la cultura pop con canciones como “Te felicito”, “TQG” y la explosiva “BZRP Music Sessions”, Vol. 53, dirigida a su expareja.
“Una caída no es el final…”
«Lo que aprendí es que una caída no es el final, sino el comienzo de un camino aún mejor», afirmó en uno de sus conciertos.
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Durante la entrevista, Shakira recordó sus inicios en Estados Unidos, cuando aprendía inglés de forma autodidacta, con diccionarios y poemas de Leonard Cohen y Walt Whitman.
Aunque entonces era una joven artista en busca de oportunidades, asegura que muchos inmigrantes aún enfrentan dificultades similares.
«Ser inmigrante hoy en Estados Unidos significa vivir con miedo constante. Es doloroso», dijo. «Ahora, más que nunca, debemos alzar la voz y recordar que el trato a las personas debe ser siempre humano».
El momento más emotivo en sus conciertos llega cuando interpreta “Acróstico”, tema dedicado a sus hijos, Milan y Sasha, quienes la acompañan virtualmente desde las pantallas del escenario. «Verlos ahí me derrite el corazón. Ellos son mi motor y la razón por la que estoy viva», confesó.
A sus 47 años, Shakira continúa marcando pauta en la industria musical, y demostrando que resiliencia, disciplina y autenticidad pueden convertir el dolor y los inconvenientes en arte (RG).