Con profunda tristeza, la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) rindió un emotivo homenaje de despedida al maestro Jorge Arteaga (1936-2025), el insigne pintor, muralista y educador que nos dejó a los 89 años de edad el pasado sábado 1 de noviembre. Este sensible adiós se llevó a cabo hoy, 3 de noviembre, en el Edificio Rectorado de la UCLA, reuniendo a una gran cantidad de familiares, discípulos, colegas y personalidades destacadas de las artes plásticas nacionales.
La ceremonia estuvo marcada por un profundo gesto de respeto y camaradería gremial. Fueron compañeros artistas plásticos quienes tuvieron el honor de llevar el féretro del maestro hasta el recinto universitario, un claro reflejo de la alta estima y el reconocimiento que su gremio le profesaba. Este acto simboliza la conexión inquebrantable que el maestro Arteaga forjó a lo largo de su vida profesional con aquellos a quienes tocó con su talento y su enseñanza.
Nacido en Caracas, el maestro Arteaga se erigió como una figura fundamental en el centro-occidente del país. Egresado de la Escuela de Artes Plásticas de Barquisimeto, su vocación pedagógica lo llevó a ser cofundador de la Escuela de Arte Carmelo Fernández en San Felipe (Yaracuy) en 1959, dejando una huella indeleble en incontables generaciones de artistas que se formaron bajo su tutela. Su vida fue un verdadero «crisol y fragua» de talento.
Su obra monumental es un testimonio de su compromiso con la identidad venezolana. En la capital larense, es especialmente reconocido por el famoso mural «Crisol y Fragua de la cultura venezolana», una pieza que adorna la Dirección de Cultura de la UCLA. Tal como declaró el Dr. Edgar Rodríguez, Secretario General de la UCLA, el maestro nos heredó «una legión de artistas» y su rol fue un pilar de la enseñanza artística y cultural de nuestra región.
La partida física de Jorge Arteaga deja un vacío irremplazable en el arte venezolano, pero sus inmortales obras y su inmenso legado de enseñanza mantendrán viva su memoria y su inspiración para siempre. Honrarlo hoy es reconocer al formador, al artista y al pilar cultural que fue. ¡Descansa en paz, maestro!

