El secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, calificó como «muy productiva» y «útil» la última sesión de negociaciones de paz sostenida este domingo en Florida con la delegación ucraniana. Rubio indicó que, aunque el proceso es difícil, se lograron más avances, destacando que el objetivo común no es solo poner fin a la guerra, sino también asegurar un futuro de mayor prosperidad para Ucrania. El encuentro siguió construyendo sobre las bases acordadas la semana pasada en Ginebra, aunque el secretario advirtió que «hay más trabajo que hacer».
Tanto la delegación estadounidense, que incluyó al enviado especial de Trump, Steve Witkoff, y a Jared Kushner, como la ucraniana, liderada por Rustem Umerov, coincidieron en el carácter «productivo y exitoso» del encuentro. Umerov enfatizó que su meta es una Ucrania próspera y fuerte, y que Estados Unidos ha apoyado todas las cuestiones importantes para su país. Rubio reiteró que el fin último es que Ucrania sea independiente, soberana, que nunca tenga otra guerra y que pueda entrar en una «era de extraordinario avance económico».
En la hoja de ruta de la próxima semana, se intensificarán las gestiones diplomáticas, con el anuncio de que el representante especial de Donald Trump, Steve Witkoff, viajará a Moscú. Rubio subrayó el papel central que Rusia tendrá en cualquier acuerdo, señalando que es una parte que «tendrá que ser parte de la ecuación» final. A pesar de los avances, Washington mantiene contacto con Moscú y asegura tener un «concepto bastante concreto» de su postura.
No obstante, las negociaciones aún enfrentan serios obstáculos que persisten desde rondas anteriores. Los temas más espinosos incluyen el control de las regiones ucranianas bajo dominio ruso, el futuro de las Fuerzas Armadas de Ucrania y la posible integración de Kiev en la OTAN. A pesar de la expectativa de Washington de lograr avances concretos en estos puntos este domingo, estos complejos desafíos geopolíticos siguen siendo el principal freno para un acuerdo de paz definitivo.