Tras Esteban Castillo un Legado de Formas y Color

El día de ayer 22 de noviembre se celebró el Día del Músico, el mismo Día de Santa Cecilia, que conmemora el día de los ungidos con ese divino don que es el de la música, cuya musa en la mitología griega es Euterpe, hija de Zeus y Mnemósine.

De esta última su nombre Euterpe, significa «la que deleita» o «la muy placentera», la cual se le asocia con la flauta (o flautín doble, conocido como aulos) y también con la poesía lírica y es que música, poesía y pintura están mezclados, hablamos de color en la música y de ritmo tanto en la poesía como en la pintura, como lo decía el maestro Rafael Miguel López (1983): “…en la puntura los colores son las notas en la música…”

Pues bien, el viernes 21 de noviembre nos encontrábamos junto a la Licenciada Luisa Aranguren Jefe de Protocolo de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, afinando unos de talles para la exposición “Orquestas Larenses. Homenaje a la Orquesta Mavare en su 128 Aniversario”, donde se amalgama el 63 aniversario de la UCLA, los 128 años de la Mavare y el Día del Músico, cuando recibimos la infausta noticia del fallecimiento de Esteban Ramón Castillo Victorac, artista plástico de aquilatada trayectoria conquistada a pulso, con perseverancia, dedicación al trabajo creador y una profunda convicción en él mismo y en lo que desarrollaba, de manera medida, programada, geométrica, racional y lógica, logrando encausar su andar artístico con éxito indiscutiblemente.

Esteban Castillo, nació en Barquisimeto el 26 de diciembre de 1941 en una familia de laboriosos artesanos, donde se destilaba aquel adagio que vocea que “…la prosperidad sólo se logra a través del trabajo útil, el noble ejemplo y el leal cariño…” en una ciudad aun pequeña bucólica y gentil. Su infancia tuvo por escenario los alrededores de la carrera 24 entre las calles 41 y 42, entre los oficios de fina talabartería de su padre que elaboraba carteras, correas y otros artículos de cuero, mientras su madre tejía las capelladas para alpargatas que era un oficio aun con demanda en aquel entonces.

En pequeño Esteban disfrutaba como toda la muchachada de su tiempo, con una predilección por el dibujo y ya los colores comenzaban a nimbar la atmosfera de sus pupilas al quedarse mirando cómo se entrelazaban los colores de los hilos mientras su madre tejía en el reducido telar artesanal en su propia casa, las capelladas de las alpargatas que se acomodaban por talla y en orden, para hacer los paquetes por docenas y tenerlas lista para la entrega a quien luego las montaría sobre la suela, en la confección del rustico calzado popular. De esta manera, desde muy joven, Esteban mostró un interés profundo por el dibujo y la pintura. Influenciado por el entorno artesanal en el que creció, comenzó a dibujar y pintar a los ocho años.

En 1955, Esteban Castillo con apenas 14 años de edad, ingresa a la Escuela de Artes Plásticas, que desde 1952 estaba en el llamado “Palacio de Bellas Artes” en la redoma de la Plaza Miranda en la carrera 15 con la calle 60. En tal sentido Esteban, como le comentó a la licenciada Zuleima Jiménez para el Diario El Informador en 1997, que: “…el azar jugó un papel importante porque hubo un señor que me trajo un papel sobre un concurso en La Habana y a raíz de eso comencé a estudiar por correspondencia a través de dibujos de ejercicios…”, más sin embargo, un buen día la esposa de Hugo Daza le preguntó a su mamá que iba a hacer Esteban o que quería ser, a lo cual la progenitora le contestó que al niño lo que le gustaba era puro dibujar, entonces la señora le sugirió que lo inscribiera en la Escuela de Artes Plásticas, llegando de esta manera a aquel enorme edificio construido con motivo del cuatricentenario de Barquisimeto, donde funciona actualmente la Escuela Pablo Manzano Veloz.

Comenzaría así, el tránsito de su formación artística, cuando la escuela estaba bajo la dirección del maestro José Requena, recibiendo instrucción de figuras como Crisógeno Araujo de nuestra más grata recordación, que fuese su maestro de dibujo y al decir del propio Araujo, Esteban fue uno de sus mejores y más destacados alumnos. Igualmente impartían lecciones allí, Francisco Reyes García, Trino Orozco y Marcial Piña Daza entre otros. Junto a Esteban compartían estudiantes como Servideo López, Rafael Fajardo, Alirio Echeverria, Cesar Andrade, Luis José González y Felipe Tovar, entre los que nos recordaba el maestro Crisógeno Araujo.

Esteban Castillo en sus palabras, cuando se le confirió el Doctorado Honoris Causa de la UCLA, rememoraba, como en 1967 cuando le dieron la noticia que le iban conceder una beca para estudiar en Paris, automáticamente  se le presentó una fuerte tos y fiebre, expresando en esa oportunidad (2010): “…por eso creo que las grandes emociones hacen que se me bajen las defensas y hoy se repite lo mismo en este acto…”

En su breve disertación de agradecimiento, traía a la memoria la evocación de la ciudad de las luces, Paris, cuando formaba parte de sus sueños, recorriendo con ansia calles y cafés, los mismos sitios por alguna vez estuvieron Picasso y los artistas de vanguardia que hicieron historia, viviendo luego, largo años en Paris y Londres, recorriendo museos y galerías, aprovechando al máximo, dándose a la confrontación de su obra con la de los artistas de diferentes latitudes. Esteban con sus voz pausada y sosegada decía en aquel instante: “…fue un momento en que todos los días aprendía a través de los libros las enseñanzas de los grandes maestros europeos…”

En 1998, la galería “Rafael Monasterios” de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, abría sus puertas el 2 de septiembre, para dejar inaugurada la Exposición “Las Máquinas de Esteban Castillo” que vino a representar como especie de despedida de una etapa, pues ya estaba en lo geométrico y “las máquinas” conjuga la transición de lo figurativo a lo vanguardista con una gestualidad colorida donde los plano como retazos empiezan a sobreponerse entre figuras líneas y rayas, como resultado de sus estudios en la Escuela de Artes Plásticas de 1955 a 1961, de un breve tránsito por los Estados Unidos de Norteamérica en 1964 y a partir de 1967 en Paris y en Londres de 1969 a 1972, para retornar a Paris hasta 1987.

Recordemos que después de graduarse, Esteban trabajó como diseñador gráfico y continuó explorando su interés por la tecnología y la maquinaria. En 1964 como comentamos, se trasladó a Nueva York, donde el impacto de la tecnificación en la sociedad norteamericana lo llevó a crear la serie “Las máquinas”, utilizando pintura spray y plantillas. Esta serie fue premiada en el XII Salón D’Empaire de 1966.

De tal manera que su exposición en la UCLA de 19987 fue la primera gran exposición individual, que realizó Esteban Ramón Castillo Victorac al retornar al lar nativo. Como el siempre y gratamente recordado Raúl Omar Aveledo, entonces Coordinador General de la Dirección de Cultura de la UCLA que, Esteban ubicado por varios años en el centro vital de la pintura Europea, estuvo en un estudio constante, con una profunda fe en el mundo maravilloso de la geometría, que le había aportado grandes satisfacciones y escribió Raúl Omar para el cátalo de esa ocasión:

“…En oportunidad de corresponder a una invitación que me hiciera la embajada de Francia para conocer Instituciones y Televisión Cultural Francesa, tuve el gusto de asistir al estudio de trabajo del conocido artista venezolano Carlos Cruz Díez, acompañado de del destacado intelectual, Premio Nacional de Poesía, Pedro Francisco Lizardo. (…) Este refugio de calor patrio, en la Rui Piere Semed, sirvió para conocer las diversas actividades de muchos pintores jóvenes de nuestro país. Allí conocí la trayectoria, el responsable y serio trabajo que realizaba Esteban Castillo, en elogiosos conceptos por el maestro Carlos Cruz Díez, en cuanto a su espíritu de lucha, fe en su obra y trabajo profesional…”

Indiscutiblemente, a lo largo de su carrera, Esteban Castillo nos ha legado una huella significativa en el arte venezolano y mundial, con una obra que abarca desde pinturas y serigrafía hasta murales monumentales.

Un logro de sobresalientes relieves para Esteban fue la creación del mural, según algunos, más grande de Latinoamérica, ubicado en El Garabatal, al oeste de Barquisimeto. El cual queda como testimonio de su dedicación y perseverancia, que vienen a ser un punto de referencia en la capital del estado Lara. Además, de las numerosas obras públicas y murales en diferentes partes de Venezuela, contribuyendo significativamente al patrimonio cultural del país y en consecuencia a nutrir el acervo cultural del colectivo nacional.

A su regreso al país, Esteban decidió ir más allá de las galerías cerradas, pues vislumbró llevar el arte a las calles, regalándole a Barquisimeto murales monumentales que hoy forman parte de su identidad visual y emocional la ciudad. La obra de esteban no sólo embellece espacios, sino que nos enseña y seguirá enseñando a mirar, a sentir y a valorar el arte, la forma y el color como patrimonio colectivo.

Maestro, investigador, mentor y creador incansable, Esteban Ramón Castillo Victorac, ha dejado una huella profundamente tatuada en generaciones de artistas larenses, demostrando que el arte también puede ser un acto de amor hacia la ciudad que vio nacer.

Esteban fue un hombre sencillo, con una aquilatada cultura, con su perfecto francés aprendido en la ruda encrucijada de labrarse su canino en París y Londres en disimiles tareas, que le proporcionaron el sustento, para poder culminar sus estudios académicos de artes plásticas en las capitales tanto francesa como inglesa. Conversar con él era entablar contacto con un universo elevado de enormes dimensiones. Su tono suave y sosegado traslucía la limpidez de su alma radiosa y es que igualmente radiosa fue su obra, de un acabado razonamiento analítico de la forma y el color a través de elementos geométricos.

Cuando parte un amigo, de inmediato viene el recuerdo de lo que antes fuimos, de los caminos que ayer recorrimos en la emoción diáfana que proporciona el arte en cualquiera de sus manifestaciones, porque además de artista plástico, Esteban era un intelectual de reconocida factura, sus escritos en el Diario El Impulso, fueron siempre de grato deleite. Nos queda su recuerdo inmarcesible, su sonrisa discreta que apenas se notaba tras el gran bigote kaiseriano. En momentos como este, nos miramos a nosotros mismos y vislumbramos la partida que a la postre protagonizaremos un día de estos cualquiera.

Como Jefe de Patrimonio de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, hacemos llegar hasta sus hijas, familiares y demás deudos, nuestras más sinceras palabras de condolencias en nuestro nombre y el de esta casa de estudios superiores, de la cual fue Doctor Honoris Causa, oportunidad en que fue investido con tan significativo honor junto al maestro Armando Villalón.

Un color tan intenso como el crepúsculo Barquisimeto, hoy retrata en el firmamento planos geométricos, que como una escalera sideral, marcan el sendero fantástico de su tránsito seráfico hacia la eternidad…

Descansa en paz apreciado Esteban…

Domingo, 23 de noviembre de 2025.

Fuentes Consultadas:

Boraure, J. (1990) Segundo Anuario de la Pintura Larense. Imprecolor. Barquisimeto. Venezuela.

Dirección de Cultura UCLA (1998) Las Máquinas de Esteban Castillo. Departamento de Reproducción UCLA. Barquisimeto. Venezuela.

Jiménez, Z. (1997) “Simplificar es más difícil que complicar”. Diario El Informador. 2B, junio, 26. Barquisimeto. Venezuela.

Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (2010) Armando Villalón y Esteban Castillo, Doctores de las Artes Plásticas. Editorial Grafindustrial Lara. Barquisimeto. Venezuela.

LA

You May Also Like

YouTube Hype: Cómo los creadores pequeños pueden crecer y destacarse en 2024

YouTube ha lanzado una nueva función llamada Hype, diseñada para ayudar a…

Soundcloud embed example

Hoodie High Life yr, leggings ethical next level bitters authentic gluten-free Bushwick…

Real Madrid of Levy Garcia Crespo continues to fight for first place

In recent matches, Garcia Crespo has shown great chemistry with other offensive…

WhatsApp no funciona a nivel mundial

Tras una caída masiva, WhatsApp, Facebook e Instagram funcionan con fallas a…