Honorio Falcón con la policromía de su canto partió
“…Lara, mágica en talentos, topografía que une la aridez y el calor, con la Cordillera Andina, paisaje sonoro que muestran de artistas geniales como los torrenses Alirio Díaz y Rodrigo Riera, que han llevado el nombre del Estado Lara por el mundo. El solo nombre de ambos guitarristas nos conmueve por ser símbolo de un Estado donde sus habitantes llevan la música por dentro, al ejecutar un instrumento, al cantar unas melodías compuestas por Rafael Miguel López, Antonio carrillo, o Juan Pablo Ceballos, esto nos da una idea del talento, la creatividad y la musicalidad del pueblo larense…” [Luis Enrique Silva Ceballos. 2004].
Con las palabras del eminente catedrático Luis Enrique Silva Ceballos, de una formidable erudición sobre música, muy especialmente sobre nuestra música venezolana y con marcado énfasis en nuestra música larense hemos comenzado esta entrega de Reseña de la Añoranza, dedicada a la memoria del siempre y gratamente recordado Ramón Honorio Falcón Boquillón, quien atendió el llamado del Todopoderoso de este mundo a su presencia el pasado lunes 26 de mayo del presente año, pues indudablemente, que Honorio Falcón como se le conoció popularmente, fue parte extraordinaria “…del talento, la creatividad y la musicalidad del pueblo larense…” a la que se refiere Luis Enrique Silva Ceballos.
Ramón Honorio Falcón Boquillón, nación en la población de Quibor, el miércoles 24 de febrero de 1937, en medio de una urbe netamente aldeana pero prospera por ser encrucijada de caminos entre El Tocuyo y las demás poblaciones circunvecinas como centro de acopio y abastecimiento de las mismas. Era un centro poblacional pequeño, bucólico y gentil, donde Juan Pablo y Adelmo Ceballos repartían inspiradas armonías por doquier, no sólo para el deleite de las reuniones de íntima musicalidad, sino como promotores de nuevos talentos, en su afán por darle continuidad a la tradición del canto regional que nos identifica por su característico tipicismo y delicado acento.
Un viejo dicho, dice que: “pueblo pequeño, infierno grande”, y es que en los pueblos todo se sabe, pero así mismo, todo se aprende y aquel muchacho que era Ramón Honorio, en su faena de llevar la producción hogareña de su casa de dulces criollos y empanadas a las pulperías, va a conocer a estos personajes que él admiraba y cada vez que tenía oportunidad se extasiaba con sus interpretaciones musicales. Esa observancia, se le anidaría en el alma y en los sentidos proclives del talento artístico, ya de muy niño fue arrullado por el canto de su madre, que entonaba de muy buena manera canciones de aquella época, todo eso contribuyó a amalgamar en él el amor por la música y su deseo de exteriorizarlo.
Hemos iniciado este sencillo tributo a la memoria de Honorio Falcón con la urdimbre de estas palabras, con base a nuestra interpretación de su persona y de su arte, pues lo conocimos hace unos años ya, por intermedio de mi apreciado profesor de locución en el Liceo Lisandro Alvarado, y siempre admirado Isaac del Moral, quien me brindó la oportunidad de estar en su programa “Barquisimeto de Ayer”, cuando en nuestras mocedades el gusanillo por los medio comenzaba a palpitar en nosotros. Allí en el Palacio Radial con sus enormes puertas de tres cuerpos de aluminio anodizado en dorado, estaban las cabinas de las cinco estaciones del Circuito Sin Fronteras, flanqueando de lado y lado el pasillo central con sus pulidos pisos de granito con flejes dobles de bronces en recuadros con un singular diseño en blanco y negreo. Recordamos de las múltiples conversaciones tan interesantes sostenidas con Honorio Falcón, como había conocido a nuestro abuelo Rafael Miguel López en la casa de Juan Pablo Ceballos allá en Quibor, siendo el jovencito que con emoción les buscaba en la bodega los cigarrillos o cualquier otro mandado que requiriese aquel grupo de músicos que en armónica combinación amalgamaban notas, acordes y melodías en interpretaciones inolvidables.
Siempre aprecié la sencillez de Honorio Falcón, de una aquilatada experiencia artística, desde que con espontaneidad se iniciara en el canto, integrándose a conjuntos populares de música tradicional hasta que tuvo ocasión de cantar en el cumpleaños de uno de sus padrinos, nada más y nada menos que José Rafael Colmenárez Peraza, donde su otro padrino Raúl Colmenárez Guedez, a la postre Cronista de El Tocuyo, le dijo voy a hablar con José Rafael para que grabes un disco.
Aquel muchacho quiboreño que se formó primera en la Escuela No. 24 de Quibor y luego en la Escuela Mateo Liscano Torres de la misma ciudad, terminará la primeria en la Escuela República Dominicana en El Tocuyo, de donde estaba egresando el músico y compositor Homero Parra. Luego llegará a Barquisimeto, para continuar estudios en el Liceo Lisandro Alvarado, donde avanza hasta el segundo año, ya que el tener que trabajar le imposibilitó culminar el bachillerato. Se iniciaba una jornada en disimiles oficios que le procuraron de manera digna y honesta el sustento.
Con don Raúl Colmenárez Guedez, bajo el patrocinio de José Rafael Colmenárez Peraza, estos lograron motorizar los engranajes de amistades y contacto con César Roldan principal accionista del Sello DISCOMODA en Caracas, para que pudiese grabar Honorio Falcón, quien finalmente logra el sueño dorando con el aludido sello discográfico en 1959.
Sin embargo, la primera vez que llega Honorio Falcón a la ciudad de Caracas, fue junto con Carlos Álvarez, quien se lo llevó hasta allá, donde estrechará lazos de amistad con un formidable guitarrista que había conocido en casa de Juan Pablo Ceballos, como lo era Oscar Fumero, el célebre “fumerito”, el también magnífico guitarrista Barragan y el excelente Luis Cruz Cordero, cantante, guitarrista, compositor y productor, el creador de “Los Naipes”. Durante su estadía en la capital de la República le hace la suplencia a un amigo de nombre Obidio Márquez de Chabasquen, que era personal del Hotel Tamanaco, el cual se estaba estrenándose en esos días, los mismos en los que se aloja Pedro Infante, a quien le tocó atender en su habitación, de la cual recordaba Honorio, que era la número 501, donde le llevaba la carta para que pidiese meriendas, refrigerios y comidas a la recamara. Contaba aquel episodio con emoción, reviviendo los momentos en que el cantante azteca le brindó amable atención al joven trabajador.
En la emocionante empresa de grabar en la que se embarcaba Honorio, jugó un papel fundamental Mario Suárez, quien le tomó aprecio y gestionó ante los responsables del Sello Discográfico SONUS, que se había fundado a finales de los años 50 en Venezuela y que el propio Falcón Boquillón contaba, que eran una firma regentada por el compositor costarricense Johnny Quirós, quien llegado a nuestro país en 1948 le habían encomendado encargarse de esta empresa puertorriqueña, que instala una filial en Caracas, integrándose igualmente a la directiva del sello discográfico Alfredo Sadel.
Para la cristalización del anhelo y por intermedio de Mario Suárez, Honorio Falcón realiza cursos de perfeccionamiento vocal junto al maestro Eduardo Lanz, que según Ernesto Martínez Frausto (2014), Lanz había nacido el 27 de mayo de 1909 en Caracas y que de acuerdo a los datos aportados por el investigador y amigo Don Jaime Rico Salazar, Eduardo Lanz Rodríguez comenzó su carrera artística en la canción lírica, pero como fuera muy restringido el campo de acción, se dedicó a la canción popular. En 1942 se estuvo presentado durante varios meses en Medellín. Grabó en Bogotá con la orquesta del maestro José María Tena. En un congreso médico en Caracas le conoció Alfonso Ortiz Tirado y le propuso contratarlo para que le acompañara en sus giras y compartiera con él sus contratos. Y le acompañó durante dos años por Argentina, en donde grabó en 1945 varios boleros de éxito con la orquesta de Víctor S. Lister, entre ellos “Estás en mí”, “Nunca mientas”, “Compréndeme” y otros. También viajó a Cuba y México. Con mucho éxito. En México formó parte del elenco de la película “Voces de Primavera” con Adalberto Martínez “Resortes” y en ese filme Lanz cantó “Amanecer”, de José Reina, que ya había grabado a dos voces con Ortiz Tirado en Venezuela. Con Ortiz Tirado trabajó cerca de 26 años con mucho éxito. Luego se retiró y puso una academia de canto en Caracas en la que se formaron grandes voces venezolanas. También fueron éxitos en su voz los boleros “Desesperanza” (María Luisa Escobar) y “Noche de mar” (José Reina). Lanz falleció el 31 de agosto de 1984.
De tal manera, que no pudo tener mejor maestro que Eduardo Lanz, quien le enseñó durante seis meses, no solo canto, afinación y dicción, sino expresión corporal igualmente. En el programa televisivo del periodista José Luis Yépez, 90 Minutos con Honorio Falcón transmitido en el 2022 a través de la señal de Promar Tv, el invitado recordaba que por la academia de canto de Eduardo Lanz pasaron figuras de la talla del propio Mario Suárez, Alfredo Sadel y Héctor Cabrera entre otros.
Posteriormente, Ramón Honorio Falcón Boquillon logró grabar con el Sello SONUS con el respaldo de la orquesta de Elsio Álvarez, que era brasileño y que según el propio Honorio la llamaban “Los Violines Flotantes”. Lamentablemente, contaba Falcón Boquillon, que la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela (SACVEN), mandó a recoger en ese entonces todos los discos que habían grabado los artistas en SONUS con orquestas extranjeras prohibiendo su difusión en los medios radioeléctricos, lo que le causó un gran trastorno a los que estaban empezando como Honorio.
En su tránsito por Caracas, Honorio Falcón conoció a don Marcelino Ortega, el fundador del Mariachi Perla de Occidente de México, que acompañó a Pedro Infante en sus presentaciones en Venezuela, quien se hospedaba en el Hotel Rex de la capital de la República, pues luego tanto el Mariachi Perla de Occidente como Pedro Infante, llegaron al Hotel Lara en Barquisimeto, cuando fue traído por don Luis Gallardo, cuya fotografía aparece en la prensa regional junto a Pedro Infante en la escalerilla del avión en el aeropuerto de nuestra urbe crepuscular con el titular que dice: “…Más de dos mil personas, permanecieron cuatro horas frente al hotel donde se hospedaba el astro del cine…”
Luego la providencia condujo sus pasos por México, Colombia, Panamá y Cuba. En Ciudad de México conoció a Héctor Cabrera con quien cultivó una estrecha amistad y en Bogotá entabló amistad asimismo con Héctor Murga, dos artistas venezolanos que conoció en el extranjero y que fueron sus amigos.
Pero quizás una de las características a la postre más resaltantes de Ramón Honorio Falcón Boquillon, fue su faceta de compositor, ya que fue un gran letrista, con un talento maravilloso para la construcción poética de las letras que escribió, sobre todo como autor de Himnos, como el del Municipio Iribarren, el del Municipio Jiménez, del Municipio Urdaneta y el de Moran, sin contar el Himno al Bombero que transcendió las fronteras patrias para llegar al Vaticano y a Ciudad de México dada la universalidad de la letra y su significación en honor al bombero donde quiera que se encuentre. De la misma forma, es el autor del Himno al Artesano, por no decir nada de incontables melodías de fina construcción poética hermosamente musicalizadas que son de su autoría.
Nos comentó el Dr. Adelis Vargas, que tuvo ocasión de grabar con Honorio Falcon un sencillo de 45 rpm, de esos que sonaban en las rockolas, donde participaron en los violines su padre Jacinto Vargas y Marcial Perozo, Juancho Vargas y su hijo Wilfredo en las guitarras y él en el cuatro. En la caratula de esta producción discográfica se aprecia el rotulo que dice: “Artista Unidos Nacionales”, que vino a ser uno de los tantos éxitos cosechados por Honorio Falcón, “El Astro de la Canción Larense” como reza en la contraportada de uno de los Long Play grabados por él.
Ramón Honorio Falcón Boquillon, finalmente llegó al momento culminante de su vida el pasado lunes 26 de mayo de este 2025 en su pueblo natal, su amado Quibor. Sin discusión alguna fue fiel exponente de un Estado donde sus habitantes llevan la música por dentro, como factor distintivo del talento, la creatividad y la musicalidad del pueblo larense, por lo cual se erigió como un auténtico patrimonio cultural viviente.
Recordemos que en general, el concepto de patrimonio releva la importancia por una parte de nuestros edificios, monumentos y documentos, es decir, se focaliza en aspectos materiales y proyectos culturales, sin embargo, por otra parte el patrimonio lo es también una comunidad con un conjunto de lugares, creencias, tradiciones, saberes y ritos que le dan identidad propia a una sociedad. En consecuencia, “El patrimonio vivo lo constituyen todas las personas que forman parte de una comunidad”, precisa y más aún, lo constituyen los personajes de la creación artística e intelectual, como Honorio Falcón, quien tuvo el reconocimiento artístico sólidamente cimentado en una encomiable trayectoria artística desde que participara a los 16 años en el programa radial “Casando estrellas” de Víctor H. Paiva en Radio Barquisimeto, reconocimiento tanto dentro como fuera del estado Lara. Dado precisamente, porque sus composiciones infunden y seguirán infundiendo respeto innegable en nuestro Estado y en todo el ámbito venezolano con arraigo, sentido de identidad y pertenencia que se ve identificado en cada una de las expresiones sonoras musicales creadas por este larense de excepción.
La reflexión final es, hasta qué punto realmente apreciamos y valoramos el patrimonio viviente, ese que convive con nosotros, o mejor dicho entre nosotros, pues resulta imposible pretender hablar de la dinámica cultural sin tomar en cuenta figuras como el desaparecido Honorio Falcón, que requirió de ayuda ante agudos problemas de salud que sufrió. De igual manera, sabiendo el admirable esfuerzo personal que significó su camino artístico, debemos imaginarnos la titánica labor emprendida y sobre todo de manera digna, honesta, pulcra como ciudadano realmente ejemplar. No se puede comprender la Venezuela real si no tenemos idea de cómo es el país, con sus protagonistas, con quienes nos han dado lustre y prestigio y que a la postre golpeados por la vejes no son tomados en cuenta y mucho menos asistidos en reconocimiento de su innegable aporte al enriquecimiento del acervo cultural de nuestra nación. ¿Puede hablarse de un país integral de Patrimonio que excluya los artistas populares más allá de lo folclórico? Indudablemente que no, por eso hay que hacer notar la importancia del Patrimonio Vivo, de quienes son sin discusión alguna, auténticos patrimonios como personas, para el inventario del Patrimonio Cultural Nacional, como efecto se aprecia en el Registro General del Patrimonio Cultural Venezolano, pero en consecuencia hay que implementar mecanismos de atención a las mismas, porque si no, sería un simple saludo a la bandera, lo que a su vez evidencia, la necesidad de contar con funcionarios altamente capacitados y con la sensibilidad en la materia de Patrimonio Cultural, su significación conceptual y práctica, su implementación, y toda la esfera normativa que regula este importantísima ámbito tanto nacional como internacional, lo que supone de criterios claros con respecto a la función pública a la que están obligados a ejecutar de conformidad con los lineamientos que este sentido consagra la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
La flama vital de Ramón Honorio Falcón Boquillon se apagó y con ello el palpitar de un generoso corazón, que se prodigó en armoniosas letras bellamente musicalizadas. Queda el recuerdo imperecedero del legado de sus grabaciones, de la vibración de su voz, de su canto y de su pensamiento artístico. Cuando José Luis Yépez (2022) le preguntó ¿cómo le gustaría que lo recuerden? El respondió: “…como un buen ciudadano…” y es que realmente lo fue, con su bien ponderada educación de trato y costumbre, con su educación al hablar, en su vocabulario, en el tono de su voz y en su presencia, que reflejaron el aura sencilla y culta de su alma de artista, de poeta, de trovador que partió con la policromía de su canto, dejándonos la iridiscencia eterna de su presencia inmortal en su obra musical.
Barquisimeto, domingo 1º de junio de 2025.
Fuentes Consultadas:
Gallardo, L. (2006) Luis Gallardo, 90 Años de Historia. Servicio Autónomo Imprenta Oficial del estado Lara. Barquisimeto. Venezuela.
Martínez, E. (2014) Programa 23 de Mayo 2014. Desde Venezuela, Eduardo Lanz. [Información en Línea] Disponible en: https://www.elcuerpoaguanteradio.com.mx/programa-23-de-mayo-2014-desde-venezuela-eduardo-lanz/
Notiandes24.com.ve (2013) Léster Rodríguez entregó “Las Llaves de la Ciudad” al compositor Johnny Quirós [Artículo en Línea] Disponible en: https://www.notiandes24.com.ve/2013/06/lester-rodriguez-entrego-las-llaves-de.html
Silva, L. (2004) Paisaje sonoro, o son de oro de los músicos de Lara. Trabajo de la publicación “Los Bellos y Útil de Lara”, publicación de los 40 años de Casa Propia Entidad de Ahorro y Préstamo. Editorial Arte. Caracas. Venezuela.
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