El presidente de Sri Lanka huyó del país el miércoles de madrugada, apenas unas horas antes de que venciera el plazo en el que había prometido renunciar, en medio de protestas por una devastadora crisis económica. Pero la multitud no tardó en dirigir su ira contra el primer ministro, con un asalto a su oficina y exigencias de que también él se marchara.
El presidente, Gotabaya Rajapaksa, y su esposa se marcharon en un avión de la Fuera Aérea de Sri Lanka a Maldivas, según un comunicado de la fuerza aérea. Eso no supuso un gran alivio para la nación insular, afectada por meses de colapso económico que han provocado un grave desabastecimiento de comida y combustible, y que ahora ha caído en un caos político.
Miles de manifestantes que reclamaban la dimisión del primer ministro, Ranil Wickremesinghe, protestaron ante el recinto de su oficina y algunos treparon por las paredes mientras la gente expresaba su apoyo. Después se podía ver a algunas personas dentro del edificio y en una terraza en el techo, donde ondeaban una bandera de Sri Lanka.
En una decisión que probablemente no haría más que aumentar la indignación, Rajapaksa nombró presidente en funciones a su primer ministro ya que él estaba fuera del país, según el presidente del Parlamento. Rajapaksa aún no había renunciado, aunque el presidente de la cámara, Mahinda Yapa Abeywardena dijo que el presidente le había asegurado que lo haría a lo largo del día.
“Necesitamos que ambos (…) se vayan a casa”, dijo Supun Eranga, un funcionario de 28 años que estaba entre el gentío ante la oficina de Wickremesinghe. “Ranil no pudo cumplir lo que prometió durante sus dos meses, de modo que debería dejarlo. Todo lo que hizo Ranil fue intentar proteger a las Rajapaksa”.
Sin embargo, el primer ministro ha dicho que no se marchará hasta que haya un nuevo gobierno. Aunque empleó gas lacrimógeno, la policía no logró dispersar a la multitud ante su oficina y cada vez más gente marchaba por la calle y hacia la oficina.
Algunas personas alzaban el dedo anular en gesto de rechazo hacia los helicópteros que sobrevolaban la zona.
Varios manifestantes que parecían estar inconscientes fueron trasladados a un hospital.
En medio del caos, Wickremesinghe declaró el estado de emergencia nacional y la televisora estatal interrumpió brevemente las emisiones.
Los manifestantes ya habían tomado la vivienda y la oficina del presidente, así como la residencia oficial del primer ministro, tras meses de protestas que prácticamente han desmantelado la dinastía política de la familia Rajapaksa, que gobernó Sri Lanka durante las dos últimas décadas.
Por la mañana seguía llegando gente al palacio presidencial. Muchos de lo que hacían fila para entrar habían llegado desde fuera de Colombo en transporte público.
Los inconformes han prometido ocupar los edificios oficiales hasta que se hayan marchado los mandatarios. Durante los últimos días ha acudido gente al palacio presidencial, casi como si fuera una atracción turística, y han nadado en la piscina, contemplado los cuadros o descansado en camas llenas de almohadas. También prendieron fuego a la residencia privada del primer ministro.
Fuente: AP
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