Los costos operativos, cada vez más altos, han generado el que en este momento apenas se halle operativo si acaso el 30 por ciento de las unidades adscritas al Sindicato de Trabajadores del Transporte Automotor del Estado Lara.
Quien de esa manera se expresó para este portal informativo fue Giovanni Peroza, presidente del gremio antes mencionado, en entrevista para este medio de comunicación social.
Trasladándolo a cifras, el dirigente laboral explicó que, en épocas anteriores, el sindicato que preside llegó a tener adscritas unas 5.200 unidades solamente para la comunidad Iribarren-Palavecino.
Luego, precisó, ya en los primeros años del inicio de la crisis socio-económica del país, bajamos a unas 3.000 unidades.
–Pero, con ese progresivo agravamiento de la situación país, sobre todo en el aspecto económico, ya apenas tendremos funcionando y prestando servicio en este momento a unas 600 ó 700 unidades en la mancomunidad de los dos municipios.
Los factores
En ese sentido, expresó el entrevistado que “son muchos los factores que han ido conspirando para que el transporte colectivo de pasajeros en esta entidad federal se encuentre en esta situación que pudiéramos llamar ‘tan deficitaria’ y tan en deuda con el pasajero”.
¿Tiene usted idea acerca de cuáles son los factores que más han influido para que ello haya ocurrido así?
–Bueno, han sido unos cuantos, pero te puedo citar algunos de los principales. Déjame decirte, de todas maneras, que, con el problema de la escasez de combustible, por ejemplo, llegamos a pasar momentos muy difíciles.
–Pero, finalmente, logramos que se le asignara al transporte de pasajeros en Barquisimeto el surtido de gasolina y de gasoil a través de las estaciones de servicio La Sindical y la del Terminal de Pasajeros, y un diez por ciento en las estaciones de servicio de los municipios foráneos para las unidades de cada uno de ellos.
–Cuando eso ocurrió, nos encontramos entonces con la sorpresa de que se asignó fue, para nosotros, un 70 por ciento del combustible, y el restante 30 por ciento fue para los vehículos de la gobernación del Estado Lara.
Inconveniente tras inconveniente
–Ya por ahí se iniciaba un inconveniente, pero, de inmediato, se generó otro: El de que lo autorizado fue que se surtiese a cada unidad con apenas 50 litros de combustible cada dos días, cantidad que no alcanza para nada, o si acaso para muy poco.
–Tal situación, aparte de que, como lo dije, esa dotación no dura mucho, obliga a los transportistas a perder mucho tiempo en las colas, y eso solamente, ya por ahí, significa pérdidas severas.
–Ciertamente, algunos transportistas se han logrado “medio bandear” al instalar el mecanismo del gasoil en sus unidades, pero eso es muy costoso, tal vez unos mil dólares, y no todos disponemos de esa cantidad de dinero como para invertirlo en ello.
Obviamente, una salida decisiva pudiera ser sencillamente la de que se nos surta de suficiente combustible, y a tiempo.
El tiro de gracia
–Pero es que ahora, desde hace tal vez un mes y medio, o dos meses, ha habido otra decisión del gobierno nacional, que ha sido algo así como el tiro de gracia: El aplanamiento del precio tanto de la gasolina como del gasoil a 0,50 dólares el litro, un precio sencillamente muy alto para lo que ahora estamos produciendo, como ya lo he dicho.
–Y si a eso se agregan los descomunales incrementos en los costos de los cauchos y de los repuestos en general, así como de la mano de obra del taller mecánico, más las unidades accidentadas, pues los transportistas larenses –y yo diría que de toda Venezuela– nos encontramos simplemente entre la espada y la pared.
–Y es por eso por lo que estamos pidiendo se nos autorice un reajuste de las tarifas a Bs. 5,oo por pasajero en cuanto al transporte urbano, y que, en la misma proporción, se autorice también un reajuste similar en cuanto a las tarifas suburbanas e interurbanas.
¿Sabe cuándo tendrán una respuesta en torno a tal solicitud?
–No lo sé hasta este momento, pero es bueno recordar que eso se está discutiendo en una mesa de trabajo entre las federaciones de transportistas y el gobierno nacional, en Caracas.
Reinaldo Gómez
Gráficas: Julio Colmenárez