Una buena alimentación es esencial para el desarrollo y crecimiento saludable. En ese contexto, el médico pediatra e infectólogo Antonio González Mata, expresa que la alimentación complementaria debe iniciar a partir de los seis meses de vida, así como el consumo de agua.
Mientras que la lactancia materna exclusiva debe mantenerse durante los primeros seis meses, ya que aporta todos los nutrientes esenciales para el desarrollo del bebé, incluyendo una adecuada hidratación.
El pediatra enfatizó que, aunque después de los seis meses de vida es posible combinar la alimentación del bebé con otros alimentos, esto no implica abandonar la lactancia materna, que debe mantenerse como mínimo hasta los dos años.
La introducción del agua está recomendada a partir del inicio de la alimentación complementaria, comenzando con 60 mililitros al día, que se incrementará de manera gradual hasta llegar a 600 mililitros diarios alrededor de los dos años.
Por lo general, las madres tienden a preocuparse por el peso de sus hijos. Sin embargo, González Mata señaló que el peso del lactante no debe considerarse un factor determinante para iniciar o posponer la introducción de un nuevo alimentos cada día, siempre que se respete un intervalo de al menos tres días entre cada uno.
Los lactantes saludables que se nutren con leche materna suelen necesitan alrededor de 10 exposiciones a un alimento, especialmente cuando se trata de verduras, para desarrollar respuestas positivas y una aceptación duradera.
Ahora, ¿cuáles son los alimentos más adecuados para que un bebé de seis meses empiece a comer¿ A esa edad, lo ideal es comenzar con purés y, poco a poco, avanzar hacia texturas más grumosas y alimentos sólidos blandos (fácil de masticar y tragar) estos se deben introducir en la dieta a partir de los nueve meses para disminuir el riesgo se aversión.
Ni miel, ni jugos
Acota el doctor González Mata, que antes de los dos años de edad no es recomendable dar de comer al niño miel de abeja a los niños, ni jugos naturales y menos industrializados y bebidas con azúcares añadidos.
Tampoco es recomendable la ingesta de bebidas que contengan cafeína, tés, infusiones, bebidas carbonatadas, bebidas vegetales (almendra, avena, arroz, soya y coco) y bebidas con edulcorantes y caldos en menores de dos años.
En cuanto al uso de sal en la preparación de las comidas, el galeno expresó que está aceptada solo en alimentos para niños mayores de un año.
Una práctica bastante habitual entre las madres es la de administrar suplementos de minerales o vitaminas. Sin embargo, el pediatra destacó que esta medida solo está recomendada en casos donde se haya confirmado su déficit mediante análisis de laboratorio. ac.