La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha solicitado mejorar la vigilancia, el manejo clínico y el control de vectores ante brotes de chikunguña y la circulación del virus Oropouche (OROV) en América en 2025. Estos virus aumentan el riesgo de brotes y complicaciones en poblaciones vulnerables.
Los mayores brotes de chikunguña se han reportado en Sudamérica, especialmente en Bolivia, Brasil y Paraguay, y en partes del Caribe. Se identificaron genotipos asiáticos y de África Oriental/Central/Sur, lo que indica un cambio en los patrones desde 2014.
Hasta el 9 de agosto de 2025, se habían registrado 212.029 casos sospechosos de chikunguña en 14 países, con más del 97% de ellos en América del Sur. En 2024, hubo una cifra mayor de casos, aunque en 2025 se presentan brotes activos. También se han identificado más de 12.700 12.700 casos confirmados de Oropouche en 11 países de la región, incluidos casos autóctonos en Brasil, Colombia, Cuba, Panamá, Perú y Venezuela.
A nivel global, el chikunguña ha estado presente por décadas en varias regiones del mundo. Su transmisión es estacional, con un aumento de casos en el Hemisferio Sur durante la época de lluvias. El Oropouche se ha expandido a nuevas áreas en 2024 y 2025, lo que resalta la necesidad de fortalecer la vigilancia y emplear herramientas geoespaciales.
La OPS recomienda mejorar la detección de casos, eliminar criaderos de mosquitos, y fortalecer el diagnóstico y la formación del personal de salud en el manejo de estos virus, que pueden causar síntomas severos y complicaciones, especialmente en grupos de alto riesgo.
En Oropouche, se debe incluir en el diagnóstico diferencial de dengue en la primera semana de síntomas y considerar complicaciones neurológicas más tarde. Hasta un 60% de los pacientes puede tener recaídas. La participación comunitaria es clave para controlar mosquitos, promoviendo repelentes y eliminando criaderos. AC