Daniel Ortega retira al embajador de Nicaragua en Argentina y profundiza el aislamiento del régimen
La decisión se debe a las declaraciones del ultraderechista Javier Milei y se producen tras dinamitar los puentes con Estados Unidos, el Vaticano y Colombia
El Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo retiró este lunes al embajador de Nicaragua en Argentina, el escritor Carlos Midence, debido a las “reiteradas declaraciones” del presidente electo Javier Milei en contra del régimen de Managua. El ultraderechista no invitará a su toma de posesión en Buenos Aires al venezolano Nicolás Maduro, el cubano Miguel Díaz-Canel de Cuba, el iraní Ebrahim Raisí ni al caudillo sandinista. “Frente a reiteradas declaraciones y expresiones de los nuevos gobernantes, el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de Nicaragua ha procedido a retirar a su embajador, compañero escritor y comunicólogo, Carlos Midence”, indicó la Cancillería de Nicaragua en una nota de prensa difundida por la propaganda oficialista. El retiro es de “carácter inmediato”.
Desde que el ultra Milei era candidato presidencial descartó mantener las relaciones diplomáticas con Nicaragua al considerar a Ortega como un “comunista”, junto a los regímenes de Cuba y Venezuela. En una entrevista concedida a la agencia estadounidense Bloomberg, Milei dijo que no promovería relaciones diplomáticas con China, Venezuela, Cuba y Nicaragua, porque “nosotros no realizamos pactos con comunistas”.
No obstante, antes de retirar a su embajador en Argentina, el régimen de Ortega-Murillo felicitó a Milei por triunfo en el balotaje frente al peronista Sergio Massa. “En correspondencia con la decisión del pueblo argentino de elegir a su presidente, felicitamos al presidente electo, Javier Milei, con nuestros deseos de bienestar para las nobles familias argentinas. Les saludamos con cariño y sentimientos fraternales de unión en patria grande, en el espíritu de nuestros próceres que siempre nos dan fortaleza para luchar, para trascender, y para defender la paz”, expresó Managua en esa ocasión. En la misma comunicación los Ortega-Murillo se declararon “defensores de los principios de no intervención, respeto a la soberanía y autodeterminación de los pueblos”.
Relación se quiebra al fin
El retiro del embajador Midence de Argentina quiebra, después de varios altibajos, la relación diplomática entre Managua y Buenos Aires. Aunque ambas naciones guardaban las formas diplomáticas, la relación se vino tensando por la decisión del Gobierno del presidente saliente Alberto Fernández de considerar “ilegítimas” las elecciones generales de Nicaragua, realizadas en noviembre de 2021, en las que Ortega y Murillo se atornillaron en el poder en una elección sin contrincantes (porque todos los candidatos opositores fueron apresados) ni transparencia y credibilidad.
El momento más áspero de los desencuentros se remonta a noviembre de 2021, cuando Argentina respaldó la resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) que desconocía el resultado electoral dictado en Managua. Esa decisión significó un punto de inflexión en la política exterior del Gobierno de Fernández frente a los sandinistas: la de no criticar la deriva antidemocrática y las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua, alegando el principio de “no injerencia en los asuntos internos de otros países”.
Ortega cargó contra Fernández en agosto de 2022 en un virulento discurso que lo calificó como “un instrumento del imperio yanqui”. El caudillo sandinista dijo que el mandatario argentino “traicionó” los principios de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) al plegarse a la mayoría de los Estados miembros de la OEA que lo condenan. El retiro del embajador Midence sume aún más en el aislamiento internacional al régimen de Ortega-Murillo, que ha dinamitado puentes con Estados Unidos, el Vaticano y Colombia, por ejemplo.