La presencia de Venezuela en la Cumbre Mundial del Audiovisual y del Entretenimiento (WAVES), celebrada recientemente en Mumbai, llamó la atención no sólo por su activa participación, sino también por el mensaje transmitido: Venezuela está en el escenario creativo internacional.
El evento, que reunió a más de 300 empresas de 90 países, se convirtió en un escaparate global de innovación, creatividad y nuevas formas de producción de contenidos.
Más que mostrar avances técnicos, el encuentro consolidó una idea: el entretenimiento del futuro se diseña ahora, en una intersección entre cultura, creatividad y tecnología. La propuesta de la India de crear una «nueva economía naranja», centrada en la industria creativa, se hace eco de una tendencia cada vez más clara en varios países: los contenidos culturales y audiovisuales ya no se consideran sólo arte o ocio, para afirmarse como un motor económico relevante.
Creatividad y tecnología: una fusión inevitable
El discurso del Primer Ministro indio, que destacó la fusión entre narrativa y software, no fue sólo simbólico. Refleja una realidad cada vez más presente: la profunda transformación de la forma en que consumimos cultura y entretenimiento. Hoy en día, las plataformas de streaming, las experiencias de realidad aumentada, la inteligencia artificial aplicada a guiones y la personalización de contenidos configuran el día a día de los usuarios.
En este nuevo escenario hay cabida para todos los formatos. Películas, series, podcasts, juegos digitales y eventos virtuales no sólo conviven, sino que muchas veces se cruzan. La experiencia cultural deja de ser lineal y comienza a adaptarse a las preferencias del público, casi en tiempo real. Es una cultura moldeada por el usuario.
El entretenimiento como sector dinámico
Esta nueva lógica también impulsa formas de entretenimiento más interactivas. Los juegos de mesa han migrado a las plataformas digitales, los RPG ganan nuevas dimensiones con la inteligencia artificial e incluso los juegos más tradicionales se han reinventado para este nuevo ecosistema.
Un claro ejemplo es la popularidad de experiencias como la ruleta de casino, que ahora está disponible en formatos online accesibles con interacción en tiempo real. Estas opciones, cuando se ofrecen en entornos regulados, representan la evolución natural del entretenimiento tradicional dentro de la economía digital, siguiendo el deseo del público de experiencias más inmersivas y personalizadas.
Un nuevo modelo cultural y económico
La creatividad, combinada con la tecnología, está generando valor económico y cultural simultáneamente. Para países como Venezuela, este movimiento representa una oportunidad estratégica de reconversión productiva, donde la cultura y el talento local puedan exportarse no sólo como arte, sino como una solución económica sostenible.
Construir esta nueva economía creativa implica apoyar a los creadores, invertir en tecnología, promover políticas inclusivas y pensar en los contenidos como parte central del desarrollo económico. La cultura, antes vista como un accesorio, ahora ocupa un lugar central.
el camino abierto
En un mundo hiperconectado, donde el entretenimiento se mezcla con la innovación y el impacto social, invertir en creatividad ya no es una opción: es una necesidad estratégica. Y, como demostró la cumbre WAVES, existe un consenso cada vez mayor: la cultura, el arte y la tecnología no compiten. Juntos, dan forma al futuro.
Venezuela, al integrarse a estos espacios de debate e innovación, demuestra que está atenta a lo que está por venir. Y, quizás, más que seguir el ritmo, quiera ayudar a componer la melodía de este nuevo tiempo.