El primer ministro japonés, Fumio Kishida, anunció el viernes 20 de enero planes para degradar el estatus legal de la COVID-19 al equivalente de la influenza estacional en la primavera, una decisión que relajará aún más el uso de mascarillas y otras medidas preventivas en momentos en los que el país busca regresar a la normalidad.
Kishida declaró que ha dado instrucciones a expertos y funcionarios gubernamentales para analizar los detalles sobre cómo reducir el estatus de la COVID-19. El cambio también eliminará las reglas de autoaislamiento y otros requisitos antivirus y permitirá que los enfermos con COVID-19 busquen tratamiento en cualquier hospital en lugar de acudir únicamente a instalaciones especializadas.
“A fin de volver a nuestra vida cotidiana ordinaria en Japón, cuando aplicamos medidas para adaptarnos a vivir con el coronavirus, estudiaremos medidas concretas para avanzar gradualmente al siguiente paso”, agregó Kishida.
En Japón, el COVID-19 actualmente es clasificado como una enfermedad de Clase 2, junto con el SARS y la tuberculosis, y está sujeto a la restricción de movimiento de los pacientes y sus contactos cercanos, al tiempo que permite que los gobiernos central y local emitan medidas de emergencia. Degradarlo a Clase 5 eliminará tales reglas.
El cambio planificado marcará un importante punto de inflexión en la política de Japón contra el COVID-19 hacia la normalización de las actividades sociales y económicas.
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