Más allá del deber, la preparación del tetero se convirtió para el padre primerizo David Perdomo, en gratitud y complicidad con su hijo Gabriel.
Esa rutina comenzó un día, hace cuatro años cuando, por contratiempos de salud, la mamá de Gabriel no se levantó a calentar el tetero. Al día siguiente, superado el percance, retomó el hábito de calentar el tetero y llevárselo al niño hasta su cuna.
A partir de entonces, escuchó la frase: “está sabroso…, pero raro”. Y estando los tres reunidos, les expresó lo que él mimo llamó una ‘idea genial’: “mi papá va hacer el tetero”.
En medio de carcajadas y la discusión del asunto, acordaron el 1×1. Un día tú y otro día yo, y lanzando una moneda decidieron quien iniciaba el trato. Como si tratara de una confabulación maravillosa, David, estrenándose como padre a los 40, tuvo la fortuna de comenzar la nueva rutina.
Gabriel es madrugador. Por lo general, poco después de las 5:00 am. está despierto y no espera a que le lleven el tetero, sino que se levanta a buscarlo y aprovecha para iniciar una tertulia en mañanera complicidad con su papá.
La crema de arroz y la avena son sus favoritos, y David aún ni sabe cómo es que le sale ese balance entre lo dulce y lo cremoso que tanto gusta a su hijo. Lo que sí sabe es que un tetero jamás debe recalentarse.
Gabriel pronto cambiará el biberón por una taza, y también vendrá la escuela escuela. Su papá está claro en que, hasta que llegue ese momento, hará para su hijo un tetero que no es sabroso, sino “divino”, como su pequeño hijo le dice con amor.
Esta es sólo una de las #HistoriasReales que publicamos hoy con motivo de este Día del Padre. ¿Ya leíste las demás? ¡Te conmoverán!
Historia: @auritarosacastillo / FOTO: Serie padres en la calle, de @AngelZamb11