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Habitantes de Brisas de la Ceiba preocupados por crecida de la quebrada Tabure

A escasas cuadras previas de la alcaldía de Palavecino, justo por la calle Juan de Dios Ponte, se encuentra el urbanismo Brisas de la Ceiba, comunidad conformada por 25 familias con ocho años asentadas en el referido lugar; contiguo al puente Libertador o Rojas Paul. Quienes en medio de los rigores de ser vecinos a la quebrada Tabure, les toca hoy en día vivir en medio del temor que ha generado los torrenciales aguaceros acontecidos sobre Cabudare en días recientes.

Las fuertes precipitaciones registradas el domingo 12 de junio comenzaron a inquietar a los habitantes del referido sector, ya que vivir a escasos pasos de la quebrada y poder visualizar lo vivido ese día, angustio a cada uno de los habitantes, quienes cómo César Linares afirman: “la lluvia arrastro gran cantidad de piedras, lodo y desechos vegetales; pero peor fue ver la quebrada con un nivel de agua muy elevado”, afirma el adulto mayor. “El puente cedió en el arco de base, al punto que en cualquier momento se viene abajo”; argumento el señor Linares.

El puente Bolívar sufrió algunos daños en su estructura

Entre arboles arrastrados y niveles de sedimentos

Stefany Rodríguez y Raquel Flores ambas habitantes del lugar, mostraron en un breve recorrido por el referido cuerpo natural, las consecuencias dejadas por la lluvia, entre lo que se constató el aumento del nivel de sedimentos de manera preocupante; “la chaparrada fue tal que condujo a la caída de árboles asentados en el borde de la quebrada e igualmente un enorme árbol de jabillo; vecino al sitio, amenaza con desplomarse encima de una vivienda”; indico preocupada Rodríguez.

Sin embargo ambas mostraron la fisura dejada por el paso del vendaval de aguas, por debajo del puente; cuestión que según ellas venía fracturándose desde hace tiempo al extremo que era del conocimiento de la anterior alcaldesa, sin que haya hecho algo por el centenario puente, patrimonio de la nación.

“A todas estas cada vez que llueve, nuestras miradas no dejan de pasearse sobre la quebrada, puesto que en nuestra comunidad existen 34 niños, que es lo que más crea nerviosismo”, indicaron las afectadas.

Son muchos los temores causados por la crecida de la quebrada y las consecuencias que pueda traer otra crecida

Una promesa no materializada

Por ser vecino al entorno bucólico del Cabudare viejo, Raquel Flores recordó años atrás al anterior y ya fallecido presidente de Imfravihpal Ing. Heberto Milian, quien ofreció estudiar la posibilidad de empedrarles la calle de entrada al referido sector, no siendo un compromiso; pero recuerda, que les había dicho que con el olvidado callejón Amaya, entraría dentro de las mejoras para colocarla como una calle de piedra al buen estilo colonial. Una promesa que jamás se materializo ni para una calle ni para la otra.

Llamado a los entes y autoridades

Cesar Linares preocupado por lo que le toco presenciar el día de las lluvias, le hizo un llamado al ciudadano gobernador para que venga a constatar la caída de los bordes del talud de soporte natural de la quebrada, además del viejo puente que según su apreciación puede desplomarse en cualquier momento. “Invito al alcalde de Palavecino para que observe de cerca cómo el cumulo de sedimentos arrastrados aguas arriba de la quebrada la cual ha venido tomando cuerpo en este punto, viene alarmando a quienes fuimos testigos del impetuoso aguacero”, finalizó.

Con información y fotos: José Luis Sotillo J.

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