Un nuevo autobús con 41 migrantes, en su mayoría venezolanos, llegó este jueves 06-Oct, a Washington desde Texas, a las puertas de la residencia de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris.
Un total de 11 niños y 30 adultos, llegaron a las 6:15 am hora local al Observatorio Naval, la residencia oficial de Harris, a bordo de un autobús enviados por el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott.
Exhaustos, con poca ropa pese al frío matutino y con chancletas de plástico (al llegar a Estados Unidos les quitan los zapatos), descendieron del autobús sin saber bien lo que les espera.
Dos noches y un día, 36 horas de viaje, es lo que tardaron en llegar a la capital estadounidense, en uno más de los traslados que Abbott y otros gobernadores republicanos llevan promoviendo desde abril pasado para protestar por la política migratoria de Joe Biden.
En autobuses o incluso en aviones, trasladan a los inmigrantes desde sus estados hasta ciudades gobernadas por demócratas como Nueva York y Washington con un único objetivo: ganar titulares.
Aunque durante meses estuvieron llegando a lugares preparados para recibirlos, como la terminal de trenes y autobuses Union Station, desde el pasado 15 de septiembre los vehículos llegan directamente a la casa de Harris, según confirma a Efe Tatiana Laborde, coordinadora del grupo SAMU First Response en Estados Unidos, la principal ONG que les está ofreciendo asistencia.
Esta práctica cruel e interesada, parte de una campaña política, dificulta aún más el último trayecto de un viaje de penurias, pues los migrantes son dejados en plena calle y tienen que ser trasladados luego a la mencionada estación para darles asistencia
Aunque el 15 de septiembre, cuando llegó el primer autobús a casa de Harris, les tomó completamente desprevenidos, ahora ya saben cómo funciona el particular sistema y un grupo de SAMU esperaba a los migrantes, para acomodarlos en un nuevo autobús y trasladarlos a la estación.
Fuente: El Nacional