La Fe mueve montañas, dijo Cristo, en obediencia a sus palabras seguidores de sus doctrina han convertido desiertos en vergeles, transformado selvas en sembradíos, recuperado eriales para hacerlos tierra de bonanza. Con esta Fe los fundadores de Carora hicieron pacto con Dios por intermedio de varias cofradías y en lucha secular que ha atravesado varias generaciones, hicieron de un paisaje árido y alejado de los núcleos urbanos más importantes del país, una zona de alta productividad agropecuaria, mostrando que con tesón, voluntad, organización, trabajo y fe, se puede alcanzar el éxito como sociedad.
Profeta moderno que exclama estas verdades ancestrales es el sacerdote Alberto Álvarez Gutiérrez, quien erguido sobre la tribuna de su linaje ciudadano donde confluyen ascendentes familiares que han hecho historia local, nos habla de la caroreñisidad ,que es una versión que agrega epistemología a la caroreñidad, es decir incorpora el por qué somos lo que somos.
CARORA SIEMPRE CON CURA
María Magda Colmenares Lozada, asesora metodológica del proyecto Carora Una Historia de Trabajo y Fe ha visitado varias veces la capital Torrense y en cada oportunidad ha solicitado reunirse con el Padre Beto, con el objeto de precisar la incidencia de la fe católica en la evolución social, cultural y económica del Municipio Torres. En su última visita logró su propósito y pudo conversar largamente con el sabio sacerdote, acompaña del maestro Felipe Izcaray.
“Desde su misma fundación Carora tuvo un sacerdote, de manera oficial, pagado por la corona española. Habría que indagar de donde provino este tratamiento especial, sobre todo porque para esos momentos el país que hoy conocemos no existía y territorialmente éramos parte del Virreinato de Bogotá y en el caso de las provincias orientales religiosamente eran atendidas por autoridades instaladas en Centroamérica.
Para indagar sobre este especialísimo favor del cual disfrutaba Carora habría que buscar en archivos antiguos, no obstante tenemos el testimonio irrefutable del sacerdote jesuita Harman González ,quien sostenía que la religiosidad caroreña y su devoción por la Virgen María, estaba indisolublemente vinculada a este hecho, tener un sacerdote de manera permanente y oficial “.
DEVOCION POR MARIA
Agrega el Padre Beto que la refundación o repoblamiento de Carora por Juan de Salamanca sucede un año después de la batalla de Lepanto, una victoria de los pincipados católicos europeos contra el Islam, una batalla absolutamente desigual porque teníamos una desventaja apabullante, pero la Virgen María cambió la dirección de los vientos y la flota liderada por Juan de Austria tuvo un éxito absoluto que puso a la desbandada a la flota del fundamentalismo oriental.
Esta victoria generó una devoción muy grande por la Virgen María en España y todas sus colonias y ello impactó en Carora de manera intensa. Se crea la cofradía y se construye tempranamente la plataforma de fe que se ha mantenido de manera ininterrumpida por más de 450 años de vida ciudadana.
Esta fe esta en las raíces de la caroreñisidad, es inspiración para el trabajo que se ha hecho a lo largo de varias generaciones para producir riqueza y progreso sobre un suelo árido y un clima extenuante. En la raíz del progreso caroreño está la fe católica, sentencia el Padre Beto. Jorge Euclides le agregó: Dios con Nosotros, en nombre de María Cristina Yepez, Carmen Gutiérrez y Carmen Elvira Riera. Sigamos adelante.(JER )
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