La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, anunció el despliegue de una «Fuerza Especial de Protección del ICE» en todo el país. La iniciativa busca proteger las instalaciones del Servicio de Aduanas e Inmigración (ICE) y «arrestar a agitadores violentos» que, según el Departamento de Justicia, están detrás de una supuesta «nueva era de violencia política extrema» diseñada para silenciar discursos opuestos y limitar la actividad política.
Bondi confirmó que el Departamento de Justicia está movilizando agentes del FBI, DEA, ATF y Marshals para defender las instalaciones y el personal del ICE «cuando y dondequiera que sean atacados, incluso en Portland y Chicago». La fiscal prometió presentar los cargos federales más graves posibles contra los detenidos, asegurando que «el Estado de derecho prevalecerá».
La fiscal citó un aumento de más del 1000 por ciento en los ataques contra agentes del ICE desde enero de 2025, mencionando disturbios en Los Ángeles y Portland, e incidentes como el de Chicago el pasado fin de semana, donde más de 200 alborotadores bloquearon un centro de procesamiento del ICE. Bondi enfatizó que no se tolerará la violencia contra los agentes federales ni la interferencia con las operaciones.
Este anuncio es parte de una agresiva estrategia de la Administración Trump para implementar estrictas políticas migratorias y de seguridad. La medida ha generado fuerte controversia: mientras la fiscal promete perseguir a quienes «ayuden, instiguen o conspiren» en estos delitos, autoridades locales, como el gobernador de Illinois y el alcalde de Chicago, han denunciado el ejercicio de «intimidación» por el despliegue de agentes enmascarados.
