El viernes 14 de Noviembre la Universidad Yacambú otorgo los doctorados honoris causa al maestro Felipe Izcaray y al embajador de España Álvaro Albacete, el acto estuvo presidido por el rector Juan Pedro Pereira y los padrinos fueron Beatriz García de Lozada, Jesús Gerardo Álvarez y Jorge Euclides Ramírez.
El ambiente estuvo pleno de hispanidad y ello tuvo su clímax al final del acto con la ejecución del Concierto de Aranjuez por parte de la orquesta Pedro León Torres de Carora, bajo la dirección de Felipe Izcaray, actuando como solista la joven guitarrista Irina Castillo Díaz, quien con apenas 16 años de edad toca la guitarra con maestría de altísimo nivel.
La doctora Beatriz García de Lozada fue la madrina del embajador Álvaro Albacete Perea, destacando sus virtudes cono diplomático y como intelectual, abocado a buscar soluciones dentro de escenarios de gran conflictividad.
Los padrinos del maestro Felipe Izcaray Yepez fueron el ingeniero Jesús Gerardo Álvarez y el licenciado Jorge Euclides Ramírez, siendo este último quien pronuncio las palabras sobre la semblanza del distinguido director de orquestas sinfónicas.
Las palabras de agradecimiento del doctor Álvaro Albacete fueron una cátedra de historia entre las relaciones de España y Venezuela, con citas , datos rigurosos y un análisis ecuménico que resaltó la profundidad de los lazos entre ambas naciones. Por su parte el maestro Felipe Izcaray al expresar su orgullo de ser venezolano de nacimiento, apasionado de su idiosincrasia caroreña, agregó que también era ciudadano español, gracias a su padre Don Eduardo Izcaray Muñoz, quien nació en México de un matrimonio de artistas españoles que en ese momento hacia gira por este país.
En la semblanza de Felipe Izcaray, Jorge Euclides Ramírez hizo repaso de la gruesa hoja de vida profesional del prestigioso director, destacando sus estudios en Madison donde se graduó de Bachelor, Magíster y Doctor. Luego las diferentes orquestas que había dirigido en Venezuela, Estados Unidos, Colombia, Argentina, Perú, Italia, España y otros países.
También dijo Jorge Euclides que Carora era un bastión de los valores esenciales del mundo occidental y que en función de ello era una trinchera que defendía lo positivo de la hispanidad en Venezuela, por tanto era un nicho de posibilidades sobre las cuales proyectar un futuro de mayor bienestar para nuestro país. A este respecto recordó que un grupo importante de caroreños, con apoyo de empresas y gremios estaban adelantando un proyecto para rescatar la memoria reciente de la ciudad y así promover logros que en apenas décadas la catapultaron para ser una de las más importantes del país. El proyecto se llama Carora. Una Historia de Trabajo y Fe.
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