El colapso del puente Francis Scott Key en Maryland revela una seria problemática de seguridad
Los puentes enfrentan una grave deficiencia en su diseño al no estar preparados para resistir el impacto de los gigantescos buques de carga que navegan por sus aguas. El reciente colapso del puente Francis Scott Key en Baltimore, Maryland, ha puesto en evidencia esta preocupante realidad. Expertos señalan que, incluso si los puentes contaran con salvaguardias adecuadas, podría no ser suficiente para evitar tragedias como esta.
Según Atorod Azizinamini, profesor de ingeniería civil y ambiental en la Universidad Internacional de Florida, el problema radica en la falta de consideración de la fuerza letal generada por el impacto de estos buques, que pueden llegar a pesar millones de libras. El colapso del puente Key, el segundo puente de armadura continua más largo de EE. UU., tras el puente Astoria-Megler, evidencia esta vulnerabilidad. El choque del masivo buque MV Dali con el pilar de apoyo del puente Key causó un colapso instantáneo, cobrando vidas y dejando a otros desaparecidos.
Este no es un incidente aislado. En 1980, una parte del puente Sunshine Skyway en Florida colapsó tras el impacto de un carguero, dejando 35 víctimas. La falta de un sistema de protección adecuado fue identificada como una causa principal del desastre. Sin embargo, las nuevas regulaciones introducidas por la Asociación Estadounidense de Carreteras Estatales y de Transporte en 1991, destinadas a prevenir tales colapsos, han tardado años en ser adoptadas por la industria.
El aumento en el tamaño de los buques de carga presenta desafíos adicionales. La demanda global de bienes ha impulsado la construcción de «mega-buques», que pueden transportar más mercancías en cada viaje. Si bien esto optimiza la eficiencia del transporte marítimo, también aumenta los riesgos. Incidentes como el encallamiento del Ever Given en el Canal de Suez en 2021 ilustran los peligros asociados con estos colosos del mar.
El secretario de Transporte de EE. UU., Pete Buttigieg, reconoce la necesidad de revisar las características de diseño de los puentes modernos para mitigar impactos y proteger sus pilares. El colapso del puente Key debería servir como una llamada de atención para que las ciudades refuercen las salvaguardias de sus puentes ante la creciente presión del tráfico marítimo.
La tragedia en Baltimore ha reavivado el debate sobre la seguridad pública y la necesidad urgente de mejorar la infraestructura para enfrentar los desafíos del transporte marítimo moderno. En un mundo donde los buques de carga continúan creciendo en tamaño, la protección de nuestros puentes es una prioridad ineludible.