Este domingo 27-Nov, al menos 500 migrantes, en su mayoría de origen venezolano, que vivían al bordo del Río Bravo, limité divisorio entre México y Estados Unidos, fueron desalojados en contra de su voluntad, por el gobierno mexicano, lo que ocasionó enfrentamientos y hasta el incendio de algunas casas de campaña.
Desde tempranas horas las autoridades municipales informaron a los indocumentados que tenían que desalojar el lugar y que serían llevados a un albergue donde no sufrirían las inclemencias del tiempo, y que además se les proveería de sus necesidades básicas.
Incluso con una bocina mediante la que Luis Dirvin García, Coordinación del Centro de Atención Integral para Migrantes, les decía a los migrantes: «Sabemos que estar al bordo del río implica un riesgo y tenemos descensos de temperatura importantes en estos días, vamos a hacer reinstalación en espacios de acogida. Deben de saber que en estos albergues tienen servicios de salud, trabajo».
Un gran operativo de policías municipales, estatales, Guardia Nacional, Bomberos y la Cruz Roja Mexicana, rodeaban el lugar, en alerta y para exigir que se retiraran del lugar.
Sin embargo, los migrantes no estaban de acuerdo con la disposición, en algunos casos hubo forcejeos entre ellos con los grupos antimotines que los desalojaban. En señal de la inconformidad, quemaron algunas casas de campañas, pero el conflicto no pasó a mayores.
Algunos de los indocumentados comentan que tienen temor de ir a un albergue del Gobierno porque ven la posibilidad de que los deporten.
Fuente: Unión Radio